Caídas y golpes

Nuestro hijo se ha caído al suelo y se ha hecho una herida o un chichón. Aunque esto es algo que va a suceder con bastante frecuencia durante su etapa infantil, descubre qué hacer y qué no hay que hacer en estos casos. Caídas y golpes

Qué hacer

Cuando el pequeño se haya caído y le haya salido el típico chichón, debe aplicarse hielo y mantenerlo en la zona afectada una media hora aproximadamente. Si no tenemos a mano una bolsa de hielo puede resultarnos útil aplicar sobre dicha zona una bolsa de congelados.

Si el niño ha sufrido una rozadura o un corte, debemos limpiar con agua fría muy bien la herida e intentar cortar la salida de sangre haciendo una presión ligera con la ayuda de un dedo o bien tapando la zona herida con la ayuda de una gasa. Esto debemos prolongarlo durante un par de minutos para conseguir que los vasos sanguíneos se cierren cuando se contraen y se ponga en marcha cuanto antes el proceso de coagulación. En el momento en que la sangre deje de brotar podremos valorar si resulta necesario llevar al pequeño a un centro médico de urgencias por si fuera necesario aplicar algún punto.

Un aspecto a tener en cuenta es la reacción del pequeño después de caerse. Si llora mucho pero después se consigue tranquilizar y sigue haciendo sus cositas como lo hacía antes de la caída, no hay de que preocuparse, pero para asegurarnos que todo está en orden, es importante controlar  la forma de comportarse del niño después de la caída durante medio día por lo menos. Si se duerme es aconsejable despertarle cada media hora para así poder valorar en el estado de conciencia en el que se encuentra.

En el caso de que el niño se maree después de una caída o parece aturdido, padecer crisis de vómitos o tiene un comportamiento extraño, es muy importante acudir cuanto antes al urgencias de igual manera que en el caso de heridas laceradas o profundas.

Si sospechamos que puede tener una fractura, convendría quitarle la ropa de la zona afectada para que no se quede comprimida. También en estos casos se debe aplicar hielo y mantener la parte afectada inmovilizada mientras llevamos al pequeño al centro de urgencias.

Lo que no se debe hacer

Es importante no dejarse dominar por el miedo en caso de una caída y no acudir inmediatamente a urgencias si verdaderamente no hay necesidad, pues se puede someter inútilmente al niño a una mala experiencia.

Como norma general resulta muy importante no transmitir al pequeño la angustia que sufrimos ante cualquier incidente y jamás precipitarse haciendo preguntas del tipo: “¿te has hecho daño?”. Así ayudaremos al niño a que adquiera más confianza en su persona y a no inculcar en él inhibiciones o miedos infundados.

En el caso de rozaduras o de pequeñas heridas no se debe tapar la zona si antes no se ha limpiado perfectamente la herida. Así mismo la tirita debe cambiarse cada ocho horas aproximadamente y no se debe mantener la herida tapada mucho tiempo.