Diarrea aguda en los bebés

La causa más común de una diarrea grave en los bebés tiene nombre y se llama rotavirus. Aprende cuales son los métodos para prevenirlo más eficaces y los síntomas que te deben poner en alerta. Diarrea aguda en los bebés

Rotavirus

Una diarrea agua llega a ser una de las causa más comunes de mortalidad en los bebés sobre todo en los países que se encuentran en vías de desarrollo. La causa más frecuente es el rotavirus responsable hasta en un 50% de la hospitalización por diarrea. Aproximadamente a los cinco años de edad los niños en su gran mayoría han padecido por lo menos una infección de este virus.

Se conocen hasta siete grupos diferentes de rotavirus: el grupo A, B, C, D, E, F y G, aunque solamente los grupos A, B y C se han llegado a detectar en  los humanos. El rotavirus del grupo A es el que suele producir la gran mayoría de las infecciones en cualquier parte del mundo, siendo la causa más común de diarrea en los niños menores de dos años.

Cuando un pequeño sufre su primera infección, consigue lograr una cierta inmunidad que no suele ser duradera lo que aclara la existencia de infecciones nuevas causadas por el mismo virus. Lo que si suele ocurrir es que la primera infección protege normalmente ante los cuadros de diarrea grave  hasta en un 87% en caso de sufrir una segunda infección y hasta el 100% en infecciones sucesivas.

Cómo se manifiesta el rotavirus

Durante los tres primeros meses de vida del bebé, estas infecciones no suelen provocar síntomas gracias a la protección por parte de la madre a través de su placenta y después por su leche materna. Pasado este tiempo la gran mayoría de las infecciones provocan síntomas y su gravedad variará en cada caso. Por otra parte es muy habitual padecer entre dos o tres cuadros de infecciones por el rotavirus durante sus primeros años de vida. Los rotavirus también pueden llegar a causar algunos brotes  epidérmicos sobre todo en las guarderías ya que son muy contagiosos.

Una vez se ha producido el contagio la incubación puede variar siendo lo normal que suceda entre uno y tres días. El cuadro clínico comienza de una manera muy brusca con fiebre, vómitos y diarrea frecuente y copiosa con deposiciones acuosas. Esta pérdida de líquidos puede llegar a provocar deshidratación y llegar a ser realmente peligrosa. Aunque los vómitos suelen acabar en un par de días, la diarrea dura un poco más, siendo lo más común entre cinco y siete días.

No existe un tratamiento para lograr eliminar el virus completamente y las medicinas siempre deben estar recetadas por el doctor e ir dirigidas a la reposición de líquidos y de las sales minerales que se han perdido y que suelen solucionarse con tomas de una solución rehidratante de tipo oral.

En cualquier caso existen dos vacunas antirrotavirus con una eficacia demostrada y que se administran ambas por vía oral siguiendo las pautas del pediatra.