Aprende a preparar siropes de distintos sabores a tus hijos

El sirope es un dulce que se fabrica con la savia de arce y que normalmente se combina para preparar otro tipo de dulces como gofres o crepes aunque puede utilizarse también en la preparación de postres para hacer las delicias de los pequeños de la casa. Aprende a preparar siropes de distintos sabores a tus hijos

Sirope de naranja

Para hacer un exquisito sirope de naranja que podrás añadir a la merienda o al postre de los peques tan solo necesitarás unas naranjas y un poco de azúcar.

Comenzaremos exprimiendo las naranjas y poniendo el zumo resultante en un cuenco grande para dejarlo reposar bien tapado hasta que veamos que en su superficie aparece una capa más espesa. Esto suele suceder al cabo de unas dos horas.

Pasado este tiempo lo filtramos por un colador bien fino y recogemos el líquido resultante en un recipiente lo bastante grande de cobre sin estañar. Agregamos el azúcar en una proporción de 1 kilo y medio por cada litro de zumo.

Ponemos el recipiente al fuego y lo llevamos muy lentamente a ebullición. En el momento en que el líquido rompa a hervir, quitamos la espuma que se haya podido formar en su superficie y retiramos el recipiente del fuego para dejar que se enfríe.

Cuando el sirope se haya templado, lo vertimos en tarros o en botellas y cuando esté completamente frío lo tapamos bien y los guardamos en un lugar fresco y seco.

Sirope de guindas

A la hora de preparar un sirope elaborado con guindas se necesitarán un kilo y medio de esta fruta más un kilo de azúcar.

En primer lugar lavamos las guindas muy bien bajo el grifo de agua y las secamos para después quitar el hueso y los rabillos. Las pasamos por el pasapurés y recogeremos el líquido resultante en un recipiente de acero inoxidable o en su lugar esmaltado. Dejamos reposar durante un día entero en un lugar bien fresco removiéndolo de vez en cuando.

Cuando haya trascurrido este tiempo, volvemos a colocar el líquido que se ha obtenido de las guindas en una cacerola y le añadimos el azúcar para llevarlo a ebullición, manteniendo siempre el fuego muy bajo y quitando con frecuencia la espuma que se vaya formando en su superficie.

Hervimos durante unos cinco minutos y retiramos el recipiente del fuego para dejarlo enfriar. Rellenamos con este preparado unas botellas o tarros y los cerramos herméticamente para conservarlos en un lugar fresco y seco hasta el momento de su consumo.

Acompañando a cualquier otro tipo de frutas como unos plátanos, unas fresas, unas manzanas, incluso unos helados o cualquier tipo de bollo, estos siropes se convertirán en los aliados de nuestros pequeños en cualquier momento del día, aunque por su gran contenido en azúcar, es recomendable que tampoco abusen de este aderezo tan delicioso, aunque también hay que tener en cuenta que la gran cantidad de fruta que contienen, les convierte en el acompañamiento ideal tanto para los niños como para los adultos.