Proteger a los niños del sol

El sol es indispensable para la vida con beneficios para la vida tanto humana como animal y vegetal. Pero a pesar de ser tan importante también es cierto que puede ocasionar daños y varias enfermedades cuando la exposición a los rayos solares se transforma en una costumbre llevada al extremo de los excesos. Proteger a los niños del sol

Las exposiciones a los rayos solares sin la debida protección y hechas dentro de horarios no recomendables puede a la larga causar cáncer de piel, disminuyendo sus defensas naturales, contribuyendo al envejecimiento prematuro y provocando también problemas de visión, además de cierto problemas menores pero perjudiciales como quemaduras, herpes labiales y ampollas.

Sin embargo, al ser beneficioso también para la salud y elemental para la vida la solución para evitar sus daños es hacer un uso controlado de las exposiciones al sol y llevar esto adelante durante todo el año.

Todos los padres tienen conciencia de esto y de lo importante que es proteger a sus niños del sol sobre todo cuando se encuentran en la playa, piscina o espacios al aire libre.

La protección se realizará siempre utilizando cremas especiales fotoprotectoras, gorras y evitando exposiciones durante largas horas, sobre todo en horarios donde los rayos solares son más negativos para la piel.

El sol es perjudicial desde la primavera, con lo que una exposición prolongada en a partir del comienzo de ésta puede afectar a la piel del niño, no causándole quemaduras ni rojeces, sino daños a largo plazo.

Por otra parte, la piel de los bebés y los niños tiene la particularidad de ser muy sensible mucho más que la de los adultos ya que sus defensas se encuentran aún inmaduras y teniendo en cuenta que el 80% de la exposición solar a lo largo de la vida tiene lugar en los primeros dieciocho años de vida, con efectos que se acumulan porque la piel tiene la denominada memoria solar.

La mayor parte de las personas tienen la idea equivocada que solo es necesario protegerse del sol para evitar sufrir quemaduras, algo incorrecto ya que los peores daños no se aprecian a corto plazo sino muchos años después. Por ese motivo, es fundamental proteger de forma correcta y durante todo el año a los niños desde bebés y no pensar que el sol del otoño o el invierno no les harán daño.

El uso de crema fotoprotectora es entonces fundamental y debe extenderse en rostro y manos además de todo parte del cuerpo expuesta al sol, evitando además la exposición prolongada al sol en las horas más peligrosas (de 12 a 16 horas), sea la época del año que sea.

También es necesario adquirir cremas que sean especiales para niños con un factor de protección alto como mínimo 30. La crema, deberá ser aplicada unos 20 minutos antes de la exposición al sol y volver a aplicarse cada dos horas, sin olvidar las orejas y la nariz, evitando antes de los 4 años la exposición del niño al sol durante largo tiempo. Por otra parte la ropa no debe dejar pasar los rayos solares y el uso de gafas es recomendado también par los niños que necesitan proteger su vista lo mismo que un adulto.

Foto Vía: enfemenino