Origen de la Nochevieja

Una de las fiestas más esperadas de la época navideña es la Nochevieja, donde todo es risa y felicidad por recibir al año nuevo que está a punto de entrar, pero ¿dónde nació esta fiesta? Origen de la Nochevieja ¿Cómo nació la celebración de la Nochevieja?

Durante el Imperio Romano, el mes de enero era dedicado al dios Bifronte Januos o también conocido como Jano, representado con dos caras, una barbuda y vieja que mira hacia adelante y representa al año que se va y otra joven en honor al año que llega. Dios que representa los comienzos y los finales su nombre derivó a Enero y le fue consagrado el primer mes de cada año. Fueron también los romanos los que invitaban a sus familiares y amigos intercambiando miel con dátiles para endulzar los malos momentos del año que se iba y  desearse un próspero año nuevo.

Esta costumbre fue introduciéndose paulatinamente en Europa pero en lugar de los dátiles se ofrecían lentejas que según se dice, propician una buena economía para el año venidero, hasta que llegó a convirtirse en la fiesta de San Silvestre según el santoral cristiano.

La celebración de la Nochevieja

En un principio el calendario romano comenzada en marzo siendo el mes de enero el undécimo mes que era cuando los cónsules asumían el gobierno. Pero en el año 47 a.C. Julio César creó el calendario juliano que sufrió algunas modificaciones hasta que el 1 de enero se convirtió en el primer día del año nuevo según el calendario gregoriano, instaurado en el año 1582 por el papa Gregorio XIII y que es el utilizado en la mayoría de los países de todo el mundo. Esta fecha se ha convertido en una de carácter universal incluso en países como China que cuenta con sus propias celebraciones del año Nuevo.

Muchos y diversos eventos tienen lugar la noche del 31 de diciembre en todas partes del mundo para despedir el año viejo y desearse felicidad para el nuevo que entra. En Chile por ejemplo, se celebra esta noche con una de las pirotecnias más grandes del mundo con más de 30 kilómetros de fuegos artificiales que ofrecen un espectáculo maravilloso durante más de 25 minutos. En Nueva York la gente se reúne junto a una bola de cristal que desciende sobre ellos en el Times Square y en Australia, concretamente en Sidney , también tienen por costumbre lanzar fuegos artificiales que son televisados en todo el mundo.

En España la tradición manda comerse 12 uvas mientras se va pidiendo un deseo por cada una de ellas, bien en el hogar con la familia o en la Puerta del Sol para ver en directo las campanadas. Tras gritos y abrazos de alegría, la gente se dispersa por distintos lugares para bailar y cantar durante toda la noche para terminar, ya entrado el día, con una maravilloso chocolate con churros y meterse por fin en la cama un año más.