La leche en la alimentación infantil

La leche en la alimentación es un alimento esencial, no sólo por los nutientes que aporta, sino porque contribuye en muchas funciones del organismo. La leche en la alimentación infantil

La leche es un alimento muy importante en la dieta de los niños. De hecho los niños que no beben leche de vaca presentan el doble de posibilidades de padecer roturas óseas. Es uno de los alimentos más completos y no sólo debe estar incluida en la alimentación de los niños, sino que los adultos no deben prescindir de ella. La leche no sólo contiene calcio, sino otros elementos muy importantes para nuestro organismo: proteínas de alta calidad, vitamina A, vitamina D, magnesio, zinc, calcio y fósforo.

Los niños y los adolescentes necesitan de la leche para su crecimiento ya que en este tramo de la vida es cuando más crecen. Necesitan por lo tanto del calcio y todas las sustancias que fortalecen los huesos y los dientes, y favorecen la consolidación de ambos. Precisamente la leche y todos los productos lácteos tienen abundante calcio y otras sustancias nutritivas que colaboran a que los huesos crezcan sanos y se fortalezcan. Habitualmente suele ser así en la dieta, pero conviene reforzar nuestros conocimientos sobre todo lo que aportan la leche y sus derivados para que nos demos cuenta de la trascendencia que tiene aportar estos alimentos.

El calcio es un mineral que se encuentra naturalmente en diversos alimentos y ayuda a que los huesos sean fuertes. El calcio es una necesidad para todos, pero los niños lo necesitan más porque están creciendo. Además de formar y fortalecer los huesos el calcio en los niños se almacena en sus huesos y esto les ayuda a tener huesos fuertes y a evitar enfermedades en su vida adulta.

Otra forma de fortalecer los huesos es hacer ejercicio: por eso es bueno y sano practicar deportes, correr, saltar o bailar. El momento adecuado para adquirir estos hábitos es la niñez por eso es imprescindible además de consumir la dosis adecuada de lácteos, hacer ejercicio.

La amplia gama de productos lácteos que existe en el mercado hace que sea fácil incorporarlos a la dieta de modo muy variado: leche, yogures, queso en todos sus formatos, yogurt líquido, petit suisse… Además tanto la leche como el queso se utilizan en muchas recetas de cocina como flan, cuajada, batidos, purés, bechameles, papillas… con los que podemos hacer que el aporte diario sea mayor.

La leche siempre ha sido un elemento básico en la primera comida del día, el habitual desayuno en un niño suele estar compuesto de leche y cereales. Este desayuno es bastante completo porque ya estamos comenzando el día aportando proteínas, calcio, e hidratos de carbono. Si a esto le añadimos un yogurt y una pieza de fruta estamos asegurando que ya desde el primer momento del día nuestro hijo incorpore a su organismo: vitaminas, carbohidratos y proteínas, eso le facilitará el rendimiento en el colegio y colocará las bases de una buena dieta para ese día.

Terminar el día con un vaso de leche, es otro buen hábito alimentario, ya que las necesidades de calcio a esas edades son muy elevadas. Incluso a veces serán ellos los que acudan a la nevera o nos pidan un vaso de leche.