Muchos padres tienen duras sobre la cantidad de papilla que tienen que dar a sus hijo, especialmente al comenzar la alimentación complementaria. En el siguiente articulo vamos a intentar esclarecerte algunas de las dudas más comunes.
Al principio ingerirá poca cantidad
Durante los primeros intentos de darle una papilla a tu bebé, lo más probables es que la devuelva con la lengua. No debes preocuparte demasiado ya que no significa que no le guste sino que todavía no ha adquirido las capacidades necesarias para asimilar esa nueva consistencia de estos alimentos y poder tragarlos. Por eso tendrás que tener mucha paciencia y no forzarlos en los comienzos.
¿Está preparado para la papilla?
Al comenzar a introducirle la papilla el objetivo, además de que queda satisfecho, por supuesto, será que vaya acostumbrándose a esta nueva alimentación y para ello hay que tener en cuenta que cada niño tiene su ritmo. Para que se acostumbre a la nueva situación y adquiera seguridad, deberás realizar el cambio de la lactancia a la alimentación complementaria, lo más suave que puedas.
Empieza por darle un par de cucharas de papilla de verduras antes de la toma de la leche. Una vez que supere las primeras complicaciones, cada vez comerá un poco más y podrás ir aumentando la cantidad. Por ejemplo, cuando el niño sea capaz de ingerir una porción de papilla de verduras de 90 gramos aproximadamente, podrás añadirle entonces un nuevo ingrediente.
Algo a tener en cuenta es que no vas a preparar las papillas tú misma, al principio compra potitos muy pequeños ya que tu bebé solo comerá pequeñas cantidades.
La cantidad correcta de papilla
La primera papilla de la alimentación complementaria es la de verduras, carne y patatas, siendo aconsejable la ingesta de 200 gramos. Solo entonces cuando ya coma esta cantidad, se puede sustituir por la toma de leche del mediodía.
En cualquier caso la recomendación para el primer año de vida del niño es la siguiente:
Entre el quinte mes de vida y el séptimo, la cantidad de papilla recomendada es de unos 190 gramos, es por ello que los fabricantes de potitos suelen envasar también sus productos en estas cantidades.
Entre el octavo mes y el décimo, la cantidad asciende a 220 gramos. Durante los dos últimos meses del primer año, se pueden incrementar un poco estas cantidades si se considera necesario.
A partir del sexto mes de vida aproximadamente se introduce la papilla de cereales y de leche, lo que sustituye a otra toma de leche, generalmente la de la tarde. La tercera papilla es la de cereales y frutas y se introduce alrededor del séptimo mes de vida. Con la introducción de esta papilla última, las tomas de leche dejar de ser el principal alimento del bebé y pasan a complementar las papillas, aunque si el niño te pide leche, se la puedes dar sin problemas.
Ya cuando comienza el segundo año de vida es cuando puedes ir comenzando en acostumbrar al niño a la comida “normal”.
