Educar en responsabilidad

La responsabilidad es un valor esencial en el proyecto educativo de nuestros hijos. Inculcarla desde pequeños es una gran ayuda para su futuro como personas, y una gran responsabilidad para contribuir a formar una sociedad mejor. Educar en responsabilidad

Enseñar a nuestros hijos a ser responsables es una tarea que durará toda la vida. Los valores no son algo estático, son como una especie de semilla que comienza cuando empieza la vida. Ninguno estamos solos en la construcción de nuestra personalidad, son muchos los elementos y las personas que colaboran a lo largo de toda nuestra existencia. Igual que en la construcción de una casa no solamente intervienen ladrillos, sino otros variados materiales, que tienen diversas funciones.

Hay etapas evolutivas para adquirir y reforzar determinados valores. La responsabilidad se puede inculcar desde muy tempranas edades con actos muy pequeños: por ejemplo si pedimos a un niño que nos ayude a encontrar alimentos que conoce en el supermercado, él se sentirá útil y percibirá que es necesario. Volverá a casa contento e ilusionado de haber participado en una tarea de los mayores. La siguiente vez que le pidamos que nos acompañe a la compra, lo verá como algo importante y querrá colaborar.

Otro ejemplo es el de responsabilizarse de tareas como cuidar un animal. Debemos evitar sustituirle en las tareas que a él le competen en el cuidado del animal, muchas veces en la educación nos sobra impaciencia y nos falta flexibilidad. Por ejemplo, si el niño tiene este encargo, no adelantarnos, si vemos que se olvida recordárselo delicadamente y no atropellar sus pequeñas ayudas en la marcha de la casa. Tampoco debemos dar excesiva importancia a si se le cae la comida fuera de la pecera cuando se la echa a los peces, a veces somos tan celosos de su educación que perdemos de vista lo esencial, que es que no se ha olvidado hacerlo.

Un tema no menos importante es hacerles responsables de sus cosas: su habitación, su ropa, sus juguetes… Desde muy pequeños pueden adquirir hábitos de orden, limpieza, cuidado de las cosas. También es necesario delegar en tareas de arreglo personal: saber peinarse, lavarse los dientes, vestirse… No hay porqué asumir que no saben hacerlo, ir poco a poco soltando la cuerda y viendo cómo se van desenvolviendo. Muchas veces nos llevaremos sorpresas al comprobar, que saben hacer más cosas de las que les dejamos.

Por último, y no menos esencial, intervenir en el cuidado de los hermanos y ayudar también en algún aspecto.

Ser padres es un aprendizaje, en la vida siempre estamos aprendiendo. Debemos observar las reacciones de nuestros hijos para ayudarles en sus carencias. Cuando son pequeños es más fácil adquirir destrezas y habilidades, y esto no es sólo aplicable a los deportes sino también en los valores. Si invertimos en su proceso educativo veremos resultados a corto, medio y largo plazo. Para eso es necesario ser un elemento muy activo de su educación, hay pocos valores innatos.

Podemos decir que la responsabilidad es un valor esencial y criterio de selección en muchos trabajos. Inculcarla desde pequeños a nuestros hijos es una gran ayuda para su futuro como personas, y una gran responsabilidad para contribuir a formar una sociedad mejor.