Aprender a evitar los empachos

A lo largo del año es normal que tengamos que acudir a celebraciones de todo tipo como cumpleaños, reuniones navideñas, bodas, etc. que pueden hacer posible que nos demos un pequeño lujo a la hora de comer y que haga que nuestro estómago se resienta. Aprender a evitarlos tiene fácil solución Aprender a evitar los empachos Moderarse a la hora de sentarse a la mesa

Una reunión familiar con motivo de alguna celebración especial o incluso una cena o comida con un grupo de amigos a los que no veíamos hace tiempo, puede llevarnos a comer o beber más de la cuenta con el consiguiente empacho que nos provocará digestiones pesadas o acidez de estómago y claro está, algún kilo de más. Para evitar todo esto tan sólo será necesario seguir algunas pautas a la hora de sentarnos a la mesa.

El punto de partida para no sufrir ninguna de estas consecuencias está en la moderación, para lo que se recomienda no comer en exceso y elegir preferiblemente alimentos ligeros como puede ser una sopa de verduras o un delicioso caldo como entrante, continuando con un segundo plato en el que  no se debe abusar de carnes grasas ni de embutidos. Por supuesto moderarse en el consumo de cualquier tipo de dulces, ya sea la tarta de cumpleaños o de boda o cualquier otro alimento ingerido a la hora del postre y que contenga un excesivo nivel de azúcares, es otra de las claves para no padecer de esos molestos dolores de estómago causados por la excesiva ingesta de comida.

Remedios para combatir un empacho

Si con estos sencillos consejos, por otra parte conocidos por casi todos, no hemos conseguido controlarnos, podemos conseguir que la digestión nos resulte más ligera si masticamos muy despacio cada uno de los alimentos que hayamos optado por digerir o si nos tomamos una infusión tras el banquete, preparada con semillas de anís y de hinojo, por ejemplo. Aún así puede que el estómago se resienta por lo que es recomendable el consumo de abundante agua y de zumos naturales para hidratar al organismo como se merece tras el “atracón”.

Después de  una comida de estas características es aconsejable estar un par de días al menos con una dieta que no tiene porqué ser sinónimo de pasar hambre y con la que conseguiremos quitarnos la pesadez característica del “día después”.  Tomar verduras cocidas al vapor o crudas, como una zanahoria o un poco de apio,  pescado cocido, preferiblemente con poca sal o algo de fruta cuando se sienta hambre, contrarrestará los excesos cometidos en días anteriores.

En caso de padecer un exceso de gases, es imprescindible evitar las legumbres así como cualquier tipo de bebida gaseosa. Si los excesos han provocado diarreas o vómitos,  lo ideal es echar mano de alimentos como las manzanas, las patatas, las zanahorias, el arroz o los plátanos, que tienen un espectacular efecto astringente ante nuestro organismo,  así como evitar cualquier tipo de alimentos que contengan lácteos. En cualquiera de los casos la prudencia a la hora de comer y de beber tan sólo está en nuestras manos.