El día de la madre se acerca y que mejor manera que sorprenderla con un viaje. Dependiendo del tipo de mamá que tengas, hay uno especial para ella adaptado a sus aficiones y a sus gustos. Elige el suyo.
La madre deportista
Para todas esas mamás adictas o forofas del ejercicio hay un destino para ellas: Costa Rica. Este bonito país de Centroamérica la permitirá navegar por el parque de Tortuguero en kayak en busca de jaguares por la jungla o subir hasta el cráter del volcán de Irazú. Podrá también sumergirse en una solitaria cala del parque Manuel Antonio o lanzarse en tirolina sobre los espesos bosques. Este viaje desde luego, solo es apto para las madres más atrevidas.
La madre amante de la cultura
Si tu madre es de las que devora las páginas de los libros o si su pasión son los teatros, cines y museos, su destino perfecto es Viena. Y es que en la actualidad la capital de Austria rinde homenaje al modernismo y con motivo del centenario de la muerte de algunos de sus máximos protagonistas como Klimt o Wagner, se pueden visitar diferentes exposiciones y especiales visitas relacionadas con este tema.
La madre sibarita
La madre amante del lujo con estilo no puede dejar de viajar en el Venice Simplon Orient Express, un tren que pasea por Europa y una verdadera joya de art decò con todo el glamour de los años 20. Budapest, Venecia o Berlín son algunas de las ciudades por las que pasa con su agradable traqueteo como música de fondo.
La madre divertida
En la región francesa de Nouvelle Aquitania hay un destino irresistible para las mamás más divertidas: el parque de Futuroscope. Aquí se puede viajar en la máquina del tiempo, descubrir los paisajes de La Vienne, bailar con robots, mirar al universo o hacer un viaje sobrevolando los cinco continentes pasando entre otros lugares, por la cordillera del Everest o el desierto africano.
La madre exótica
Estambul es el destino ideal para esa mamá exótica donde no podrá resistirse a la magia del Bósforo y perderse por los bazares aspirando los aromas de las diferentes especias, y por supuesto, degustar la gastronomía típica de este lugar donde se tiene puesto un pie en Asia y otro en Europa.
La madre romántica
Para ese perfil de mamá, nada mejor que París. Un viaje a la ciudad de la luz la va a permitir descubrir nuevos rincones, incluso si ya lo ha visitado alguna vez. Sentarse a tomar un café con unas impresionantes vistas a la torre Eiffel o contemplar los pintores en la calle junto al Sena retratando el bulevar, la va a hacer ver el mundo mucho más hermoso.
La madre adicta a las compras
Si a tu mamá la apasionan las compras, lo mejor será regalarla un viaje a Dubái, la meca universal de las mismas, no en vano, aquí se encuentra el centro comercial más grande de todo el mundo en que el podrían caber, sin exagerar, cincuenta campos de fútbol. Más de mil doscientas tiendas, veintidós salas de cine, un acuario, más de cien restaurantes y una pista de patinaje sobre hielo, forman parte de este plan espectacular.