Niños con energía

Las clases, la hora de gimnasia, las actividades extraescolares.. todo ello requiere un esfuerzo por parte de los niños que sólo es posible realizarlo si se lleva una dieta sana y equilibrada Niños con energía
Aporte de energías

El comienzo del nuevo curso escolar o las numerosas actividades realizadas a lo largo del día por los más pequeños puede ser algo tan emocionante como agotadoras para nuestro hijo. Un buen aporte de vitaminas y una dieta saludabe, donde no pueden faltar los hidratos de carbono, las proteínas y la fibra,  podrá ayudarle a aguantar toda la jornada con las pilas bien cargadas.

El desayuno juega uno de los papeles principales a la hora de aportar energía a los más pequeños de la casa. El suprimir esta importante comida o hacerlo de una manera deficiente, puede manifestarse por una sensación de sueño y dificulta para mantener la atención, superior a lo normal. Como se viene repitiendo últimamente, el desayuno perfecto tiene que contener algún producto lácteo como puede ser un yogur, un vaso de leche o un trozo de queso, algún hidrato de carbono como pan, cereales o galletas, algo de grasa como el saludable aceite de oliva o incluso un poco de mantequilla, frutas o zumos naturales y a poder ser, algo de jamón de york o de pavo. Si al menos se comen tres de estos alimentos, es seguro que el niño tendrá un buen día lleno de fuerza y de energía.

La vitamina C y la vitamina D

Sin duda alguna, esta vitamina (ácido ascórbico), es uno de los nutrientes esenciales para ayudar al crecimientos de los más pequeños. Al tomarla, su sistema inmunitario se fortalece a la vez que favorece la absorción de hierro y permite que los huesos, tejidos y dientes crezcan sanos y fuertes. Esta vitamina se puede encontrar en frutas cítricas como las naranjas o mandarinas, en el melón, en las fresas, el tomate, el pepino o el perejil.

La vitamina D también juega un papel muy importante en la vida del niño. Aparte de ayudarle también a mantener unos huesos fuertes, pues la ausencia de ésta conseguiría que se volvieran frágiles y quebradizos, juega un papel muy importante en la lucha contra enfermedades de tipo caradíaco, diabetes, asma e incluso en el aumento de peso. La yema de huevo, los aceites de hígado de pescado  y sobre todo la leche aportan una cantidad de vitamina D al organismo del niño al igual que una exposición directa al sol de unos 15 minutos al día, siempre que esto último sea posible.