Durante el período de gestación se deben realizar una serie de pruebas rutinarias para comprobar que tanto el feto como la madre están en perfecto estado. A continuación te detallamos algunas de ellas para que sepas en qué consisten y en qué momento habrá que realizarlas.
Amnioscopia
La amnioscopia consiste en la introducción de un tubo huevo por la vagina y a través del cuello uterino para poder observar el líquido amniótico a través de las membranas de los óvulos. Se debe realizar en las últimas semanas de gestación ya que es cuando el feto tiene un tamaño mayor y ya suele tener la cabeza colocada en la pelvis de la madre. Si se encuentra líquido amniótico de color amarillo, verde o marrón, alertará al doctor de un riesgo para el feto si se continúa con el embarazo.
Ecografía
Con la ecografía se puede observar el interior de un cuerpo humano gracias a su funcionamiento basado en ultrasonidos. Se envían sonidos de frecuencia baja que logran rebotar en las estructuras del interior del cuerpo humano y volver a su lugar original. Dependiendo de la velocidad con la que “reboten” y el tiempo durante el que lo hagan, así se realizará con mayor o menor precisión el dibujo del interior. Esta tecnología no es dañina ni para el bebé ni para la madre en ningún sentido, a diferencia de los rayos X o del TAC, por lo que se utiliza sin problemas y tantas veces como el médico lo considere necesario, convirtiendo por este motivo a la ecografía en una de las técnicas más utilizadas para la exploración del desarrollo del feto durante el embarazo.
Existe un tipo de ecografía especial conocida como “velocimetría doppler útero placentaria y fetal” o simplemente doppler. Con esta prueba se controla el flujo de la sangre a través del corazón y de los vasos sanguíneos del feto, de la placenta y del cordón umbilical. Resulta muy importante comprobar que dicho flujo vaya discurriendo con total normalidad, ya que cualquier pequeña alteración en el mismo, puede que no tenga una repercusión directa sobre la madre y el feto, pero sí que puede alertar sobre futuros problemas que habrá que vigilar.
La ecografía se puede realizar una por trimestre para tanto para controlar el número de fetos que hay en el interior del útero, así como la correcta formación de los órganos del mismo, su desarrollo y crecimiento, la implantación de la placenta, etc. Además, esta prueba se utiliza de manera rutinaria antes del parto para comprobar que todo marcha bien, así como en situaciones de urgencia. Para realizar esta prueba no es necesaria una preparación especial, solamente se aplica sobre la piel un gel que permite que haya continuidad entre el cuerpo de la mujer embarazada y el ecógrafo.
Estas son algunas de las pruebas que se llevan a cabo durante el embarazo con total seguridad pero que en ningún caso representan ningún peligro ni para el futuro bebé ni para la madre.
