Dolorosa Lactancia

Una de las etapas más angustiantes y dolorosas para las madres con hijos recién nacidos, es la lactancia, pues el medio de alimentación, es decir, el pezón, frecuentemente termina afectado por factores psicológicos como el estrés y las preocupaciones, físicos como la conformación del pezón y directamente relacionados con el bebé y su capacidad de succión. Dolorosa Lactancia

Una de las mayores preocupaciones de las mujeres al ser madres es la fase de lactancia, pues a pesar de la felicidad de tener en sus brazos a su hermoso y pequeño bebé, el dolor físico al  alimentarlo durante los primeros meses de vida, es angustiante.

Y es que las dificultades pueden ser por diversas razones, y varían de acuerdo a las características corporales de la madre, que incluyen forma del pezón o la capacidad para evacuar la leche; el aprendizaje de los recién nacidos para succionar y por último, la propiedad de la piel materna de resistir presión o curar rápidamente.

 

Lo que debes conocer

Según la morfología que el pezón presente, la tarea de alimentar al bebé puede ser muy fácil o tornarse completamente lacerante. Si es largo, existirán problemas problemas de agarre, ya que la criatura busca tomar por si solo el pezón y succionar, y mientras realiza esta última tarea puede tomar zonas adyacentes al extremo de salida de la leche y crearle molestias.

Es recomendable llevar a cabo técnicas de enseñanza al recién nacido, porque en muchas ocasiones las orientaciones prenatales, representarían un bajo porcentaje de efectividad, ya que no hay interrelación madre e hijo. Algunas de estas técnicas son en principio, reforzar la confianza de la madre y ayudar a posicionar al bebé en el pecho, además de emplear jeringas o sacaleches para evitar la acumulación del fluido y posibles complicaciones como ingurgitación.

La ingurgitación es una alteración del tejido por acumulación de leche, provocando inflamación, agrietamiento, dolor y desaparición del pezón, ya que la areola se torna estirada y es difícil que el pequeño logre mamar. Sumado a esto, algunos recién nacidos no saben chupar o succionar y logran dar fuertes mordiscos con sus encías a las temerosas madres.

 

Complicaciones

En casos más complejos, si todos los factores anteriores no son tratados adecuadamente, las complicaciones pueden resultar en una mastitis, acompañada de infección y necesariamente interrumpiendo el periodo lactante.  De acuerdo a las estadísticas, es más común que aparezca en la segunda y tercera semana del posparto y se presenta entre el 74% y el 95% en las primeras 12 semanas y en mujeres entre los 21 y 35 años de edad. Otros factores que influencian su aparición son el estrés, el trabajo fuera del hogar, la inadecuada nutrición y traumatismos.

Algunas recomendaciones para precaver su aparición y no generar la contaminación de la leche,  y que deben seguirse al pie de la letra para no alterar el proceso de lactancia o limitar y/o disminuir la cantidad de leche succionada por el bebé, incluyen:

–      &nb sp;   No proporcionar un chupo durante los primeros meses de vida

–      &nb sp;   Evitar brindar alimentos y bebidas de otro tipo, y más si se utiliza en biberón

–      &nb sp;   Exceso de trabajo o altos niveles de estrés

–      &nb sp;   Procurar extraer la leche, para no acumularla y promover la obstrucción del canal de salida


Recuperación en forma natural

Para las situaciones de daños leves como las grietas, el dolor y el estiramiento, pueden ser muy útiles las medicinas homeopáticas, orientales y remedios naturales. Algunos son el uso de la infusión de a hoja de col o de manzanilla y la aplicación de una gota de aceite de una cápsula de vitamina E sobre las grietas; además evitar el lavado del área con productos a base de alcohol y posicionar correctamente al bebé.

 Con respecto a situaciones un poco más complejas, existen soluciones caseras, como la extracción de forma manual y el uso de la botella de vidrio caliente, pero pueden ser dolorosos. Lo mejor es visitar al médico y que indique si debe seguir tratamiento con antibiótico o en los peores casos, realizar intervención quirúrgica.