Probablemente la risa de nuestro hijo sea el mejor sonido que los padres podemos escuchar y que mejor forma de conseguir que se rían que jugando con ellos. Vamos a descubrir algunos juegos que seguro harán que los peques de la casa se diviertan muchísimo. 
Jugar a la barca
Para este juego colocaremos al niño sobre un cojín grande o sobre un balón de playa que también sea bastante grande, boca abajo para que no toque el suelo. Se le sujeta perfectamente y se le balancea de un lado hacia el otro y de atrás hacia delante mientras se va cantando cualquier canción que se nos ocurra de barcos. ¡Verás cómo se lo pasa pipa!
Jugar a la selva
En este caso nos debemos colocar frente al pequeño a gatas en el suelo y vamos escenificando diferentes animales como por ejemplo a un elefante. Para ello iremos avanzando hacia él con pasos torpes y lentos. También podemos imitar a un avestruz e invitarle a que nos siga corriendo para que no nos pille. En cualquier caso el niño querrá seguro imitarnos o pillarnos y se divertirá muchísimo.
Jugar a los gusanillos escondidos
Cogemos una caja por ejemplo de galletas y la hacemos cuatro agujeros por los que nos entren los dedos con suficiente holgura. Después nos colocamos globos de colores diferentes en cada uno de los dedos e incluso podemos pintarlos caras. Después vamos sacando cada uno de los dedos por los agujeros mientras vamos cantando diferentes canciones para hacerle reír mientras le pellizcamos la barriguita, la nariz, las orejas o los pies.
Jugar a viento y a lluvia
Colocamos a nuestro hijo de espaldas y le vamos contando cómo va cambiando el tiempo mientras le vamos haciendo cosquillas y acariciándole la espalda a la vez que le vamos contando y escenificando momentos que tengan que ver con los agentes meteorológicos. Por ejemplo para imitar al viento podemos rozarle con los dedos su espalda en todas las direcciones. Para simular la lluvia podemos darle pequeños golpecitos con la punta de nuestros dedos por toda su espalda y así todo lo que se nos vaya ocurriendo.
Jugar con globos vibrantes
Debemos inflar un globo y colocar una parte de éste en la oreja o en la cara de nuestro hijo y la parte opuesta sobre nuestra boca. Así colocados, comenzamos a hablar despacio o a imitar los ruidos de los animales para que el nene pueda percibir las vibraciones. Esto además de sorprenderle le hará reír mucho. ¡Compruébalo!
Jugar a hacer cosquillas
Necesitaremos algodones, pajitas de bebida, brochas de maquillaje, plumas y telas suaves. Con cada una de ellas le vamos haciendo cosquillas por su cuello, por las manos, por la espalda, por sus pies, por la carita, etc. y con la pajita le podemos soplar muy suavemente por todo el cuerpo, eso sí, evitando toda la cara ya que podría resultarle bastante molesto. ¡Verás cómo se divierte!
