Los miedos nocturnos en los niños

Los miedos nocturnos son característicos del proceso evolutivo infantil. Se trata de un ataque de ansiedad que incomoda al niño. Suelen manifestarse en distintos momentos del sueño, principalmente al final de la noche; allí el niño experimenta un estado de agitación acompañado de llanto o gritos.

En este momento el niño está en un estado de semivigilia, por lo cual no está despierto completamente y con un abrazo y palabras de afecto se lo puede tranquilizar, ayudar a que vuelva a dormir y al otro día no recuerda nada. Los miedos nocturnos en los niños En este momento el niño está en un estado de semivigilia, por lo cual no está despierto completamente y con un abrazo y palabras de afecto se lo puede tranquilizar, ayudar a que vuelva a dormir y al otro día no recordará nada.

La edad de los miedos

Las edades más frecuentes en que los niños manifiestan miedos nocturnos, son entre los 4 y 8 años, dependiendo del grado de maduración de cada uno. Son más comunes en aquellos que presentan inestabilidad emocional.

Causas de los miedos

  • La principal causa de los miedos nocturnos es la ansiedad.
  • También pueden estar relacionados con la presencia de parásitos intestinales o infecciones.
  • Los hijos de padres alcohólicos, drogadictos o con desequilibrios emocionales son más propensos a estos miedos en la noche.

Tratamiento

  • En primer lugar los padres deben acudir al dormitorio del niño y encargarse de tranquilizarlo en el momento en que aparece el miedo, o el sueño y buscar cuál es el conflicto de fondo que lo está produciendo.
  • Para ello, es preciso observar las distintas circunstancias en que aparecen los miedos nocturnos y cómo reacciona ante ellos.
  • No abrumar al niño con muchas explicaciones acerca de la no existencia de monstruos ni fantasmas.
  • Es fundamental que los padres haben de manera tranquila con sus hijos, sin manifestar demasiada ansiedad, y les pregunten acerca de qué es lo que les produce los miedos y la angustia, para así poder llegar al fondo del asunto.
  • Es muy importante también, establecer rutinas entorno al sueño, al ir a la cama, que sean armónicas y produzcan un grado de placer y satisfacción al niño.

En general los miedos nocturnos desaparecen con el pasar del tiempo y no requieren de tratamiento con fármacos, excepto en aquellos casos en que la asiduidad o intensidad de los miedos signifiquen un problema y así lo considere el pediatra tratante.