Existe una tendencia que viene desde los Estados Unidos pero que cada vez se conoce más en Europa y que se conoce como BLW (Baby-led Weaning), consistente en llevar una alimentación de los bebés a demanda y que aprendan a comer mediante la exploración y el descubrimiento.
¿En qué consiste?
Se trata de ofrecer a los niños alimentos sólidos de acuerdo a su edad para que ellos sean capaces por si solos de descubrir nuevos sabores y texturas a la par que mantienen la lactancia de la madre. Para ello se insiste en que coman en la mesa junto a toda la familia y que tengan una ración del mismo menú que el resto, eso sí, troceados y con alimentos que puedan comer dependiendo de su edad.
Y es que son muchísimos los niños que cuando ven comer a los miembros mayores de la familia, intentan comer de sus platos, al igual que otros rechazan la comida si ven que son diferentes a los que tiene el resto. Siguiendo esta fórmula se consiguen evitar muchas complicaciones así como evitar que puedan llegar a comer más cantidad de lo que les corresponde al seguir comiendo de los platos de los demás después de haber comido su propia ración de puré.
¿Cuándo se debe llevar a la práctica?
Lo perfecto sería comenzar antes del año ya que a partir de los seis meses de edad los niños pueden comenzar a tomar una alimentación complementaria, por lo que pueden tomar ya alimentos sólidos aunque todavía no les hayan salido los dientes, ya que se trata de que puedan chupar palitos de verdura al vapor o trozos de frutas.
En este caso es imprescindible tener paciencia y calma ante el miedo de que los pequeños puedan atragantarse, algo que no tiene porqué suceder si están supervisando los adultos. Igualmente es necesario tener paciencia con el tema de la limpieza ya que pondrán todo «perdido» con la comida.
Aunque no ingieran demasiada comida, se debe tener en cuenta que solo es un complemento a la lactancia, así que el niño estará bien nutrido a la vez que va aumentado los alimentos en su menú del día a día.
¿Cuáles son los alimentos que se deben introducir?
Entre los alimentos más recomendados para empezar con esta técnica se encuentran las verduras enteras cocidas previamente al vapor como por ejemplo calabacín, zanahorias o ramilletes de coliflor; trozos de pollo que no tengan ningún hueso y que sean suaves como por ejemplo la zona del muslo; palitos de queso; frutas como la pera, la manzana o el plátano; cous-cous; tostadas; arroz; pescado blanco; pasta; una tortilla a la francesa; colines; sopas de fideos o de estrellas o jamón cocido.
Para terminar, se ha comprobado que el simple hecho de que los niños ingieran el mismo menú que las personas adultas, hace que los platos estén más libres de grasas y sean mucho más equilibrados.
