Esta enfermedad se origina por un aumento en la producción del ácido úrico y cuyo principal síntoma es un dolor agudo en alguna articulación. Existen alimentos escasos en purinas y varias soluciones de tipo casero que alivian este tipo de patología. 
Etapas de la gota
La gota se origina por un aumento en la producción de ácido úrico ya sea por una dificultad para eliminarlo naturalmente por vía renal o por un aumento de la producción del organismo de dicha sustancia. El ácido úrico se forma principalmente en el hígado a través de células animales que provienen de la carne o del pescado y que se eliminan por la orina. Es muy común su aparición cuando se consume de una manera excesiva carne, ya que no se puede eliminar de una forma completa esta sustancia y se llega a acumular sobre todo cerca de los cartílagos, produciendo esta enfermedad. También es común su eliminación a través de la orina en forma de piedras lo que produce los dolorosos cólicos renales.
Este tipo de trastorno se presenta en tres etapas diferentes. En la primera se produce una elevación sin ningún tipo de molestias ni síntomas del ácido úrico, que recibe el nombre de asintomática. La segunda es la conocida como fase aguda donde se presenta un dolor profundo en el dedo gordo de cualquiera de los pies, que genera una inflamación, hinchazón y una extrema sensibilidad ante cualquier mínimo roce. La etapa crónica llega a manifestarse después de algunos años de padecer este tipo de ataques agudos y son más prolongados llegando a producir deformaciones en las articulaciones debido a la destrucción del hueso.
Mantener una correcta alimentación ante un ataque de gota
Una dieta en la que esté restringido el consumo de purinas, nos ayudará a conseguir descender el nivel del ácido úrico por lo que se sugiere una alimentación rica en féculas y cereales y consumir verduras y frutas como plátano, higos, naranjas, mandarinas, piña o sandía. Beber leche e incluir en la dieta yogures desnatados y quesos frescos, así como limitar el consumo de pescados como sardinas, anchoas o caballas y el de aves y carnes.
También es recomendable consumir con moderación legumbres, sobre todo las lentejas por su alto contenido en purinas. Evitar caldos concentrados y reducir o mejor, suprimir definitivamente el consumo de bebidas con alcohol y no excederse en la consumición de grasas, nos ayudarán a aliviar los síntomas que pueden padecerse por un exceso de ácido úrico.
Un ejemplo ideal de dieta a seguir en pacientes con este tipo de trastorno, puede consistir en ingerir por las mañanas un vaso de leche, preferiblemente desnatada con un poco de cereales o una infusión con unas tostadas untadas con mermelada. A media mañana un yogur desnatado o una fruta, nos ayudará a continuar con las labores diarias y para comer podemos optar por un poco de arroz o una patata asada que puede acompañarse de una ensalada con cebolla y lechuga y como segundo plato, una pechuga de pollo sin piel y una ensalada de frutas como postre.
Unas galletas con una taza de leche desnatada para merendar y un puré de calabaza y zanahorias con una tortilla a la francesa para cenar con un yogur desnatado o una gelatina como postre, nos ayudará a mantener los niveles de ácido úrico en perfecto estado.
