No al maltrato infantil

Muchas veces creemos que golpeando a nuestros hijos sera la única forma de educar, cuando en realidad actualmente existen muchos métodos para enseñarles que cuando cometen un error lo que hacen esta mal sin necesidad de usar la violencia y el castigo físico. No al maltrato infantil

Si pensamos en el maltrato infantil como una percepción en función de las influencias culturales o religiosas, tal vez podamos encontrar una manera de justificar los más crueles castigos a los niños. Nalgadas o moretones en un niño se consideran las formas más graves de abuso en la mayoría de las culturas occidentales, sin embargo, es perfectamente normal el comportamiento de los padres en la mayoría de los países asiáticos.

Con el advenimiento de la globalización y el gran número de personas que abandonan sus países y culturas de tierras extranjeras, las familias inmigrantes a menudo se encuentran en el cruce con el choque cultural de ser incapaz de forma «adecuada» disciplinar a los niños. Entonces, ¿dónde los padres deben trazar la línea entre el empleo de técnicas disciplinarias y caer en el abuso infantil?  Independientemente de nuestras raíces culturales, tenemos que empezar a comprender la realidad que se desenvuelve en los pasillos de los innumerables crímenes del mundo, la violencia engendra violencia. Cada vez que levante la mano o levante la voz para reprender a su hijo, sin importar lo noble de sus intenciones, sin importar la profundidad de su amor por su hijo, la pequeña mente entiende que en algún momento se convertirá en su derecho también. 

Mientras que el niño puede mostrar el «castigo» temporalmente, en algún lugar de su mente han sembrado las semillas de la conducta violenta. Ahora todo lo que el niño necesita cuando crece es encontrar una justificación para el acto. Podría ser una justificación religiosa, una interpretación cultural o como en el caso de sociópatas y psicópatas (la mayoría de los cuales han experimentado alguna forma de abuso infantil), tal vez sin justificación alguna y sin remordimientos. La mayoría de los niños, con un comportamiento violento han estado bajo el cuidado (o su ausencia) de las personas como sus padres que son pobres o víctimas de abuso de drogas.

Es más que probable que el resultado final sea ya sea como agresores vengarse de sus padres con los demás (sobre todo a su cónyuge e hijos, compañeros de trabajo, etc.), o como individuos con una muy baja autoestima y en tal vez incluso como inadaptados sociales. La mayoría de las técnicas disciplinarias o sanciones se centran en inculcar un sentido de lo correcto e incorrecto en un niño por esto lo mejor es decirle a su hijo cuáles son sus expectativas y explicar por qué existen las reglas. No se limite a imponer. Explique cuáles son las consecuencias de no seguir las reglas. Transmitir al niño con claridad cuales son las consecuencias de sus acciones. De esta manera puedes ahorrar el «discurso», de nuevo en su mayoría una técnica disciplinaria efectiva.