Niños con problemas de tartamudez

Durante el período en que el niño va adquiriendo el lenguaje puede darse el caso que presente signos de tartamudez, algo normal que puede extenderse hasta los dos años ya que en esa etapa juegan con las palabras y experimentan con los efectos vocales. Sin embargo, si esto se extiende más allá de lo considerado normal será necesario consultar al médico. Niños con problemas de tartamudez

La tartamudez puede definirse en líneas generales como un trastorno de la comunicación caracterizado por la alteración del ritmo del habla o por interrupciones involuntarias.

Existen diferentes causas que pueden traer como consecuencia la tartamudez, entre ellas pueden darse disturbios emocionales, alteración del lenguaje, diferencias que se ven marcadas por los tiempos para procesar el mensaje, etc.

También, puede influir en este tipo de problema la imitación que el niño hace de lo que escucha en su entorno familiar a los que se suma una ansiedad importante que hace que sus enunciados se produzcan en forma torpe.

Dentro de los dos primeros años de vida es normal que un niño presente signos de tartamudez ya que este es un período de total experimentación donde resultado y reacción van de la mano.

Sin embargo, cuando estas interrupciones son constantes, y no pueden asociarse a otro patrón que las explique de forma lógica y los síntomas se presentan de forma reiterada, la tartamudez deja de ser normal ya que es una conducta que permanece en el tiempo y debe solucionarse antes que sea un factor que provoque problemas o ponga límites a la adquisición de otras habilidades.

Por lo general este tipo de trastornos despierta ansiedad en los padres, ya que la respuesta del niño no se produce de forma espontánea y los padres no permiten entonces que el pequeño termine con sus enunciados, afectando al menor ya que en definitiva no se le permite expresar lo que desea y hacerlo con sus propias palabras produciéndole una gran frustración.

También los padres tienen una tendencia a acelerar el ritmo normal y natural de los niños haciendo que éste también deje de respetar su propio ritmo. Es en este momento cuando los padres deben prestar atención, sobre todo cuando los errores comienzan a tornarse permanentes y sistemáticos.

Asimismo, la presión que sufre el niño por parte de los padres, la ridiculización del medio donde se mueve el niño hace que éste se sienta avergonzado de hablar y esto no hace más que restringir su nivel de expresión y también de pensamiento.

Es preciso e indispensable que los padres respeten los tiempos y latencia de respuesta del niño y si el problema no se resuelve en un par de meses la consulta al especialista será necesaria sobre todo cuando los errores al hablar se van incrementando.

De nada vale que los adultos crean que con un castigo harán que se solucione el problema ya que el niño con tartamudez no puede manejar la situación, ya que en realidad no comprende que es lo que sucede y el castigo por parte de los padres generalmente terminará creando una gran frustración en el menor.

De esta forma para que el niño pueda superar su tartamudez, además del tratamiento que pueda recomendar el especialista los padres pueden ayudarlo eliminando aquellas conductas que solo entorpecen la producción de un habla fluida del niño.

Esto lo lograrán en primer lugar respetando sus turnos para hablar y también la latencia de sus respuestas colaborando para que el niño no se sienta avergonzado y termine en un aislamiento.

Es importante recordar siempre que todos somos seres principalmente comunicativos y por lo tanto el desarrollo del pensamiento y también de la personalidad estarán siempre íntimamente ligados a todas las experiencias que se adquieren a través del lenguaje.

Foto Vía: mental-health-disorders