Hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua, todos nutrientes esenciales, componen la leche materna y hacen de ella el alimento ideal para cubrir las necesidades del niño en crecimiento. 
Pero no es solo muy nutritiva: la leche materna es una eficaz aliada del sistema inmunológico ya que, a través de los anticuerpos maternos, permite prevenir infecciones y favorece la pronta recuperación en caso de padecer alguna enfermedad.
Los beneficios de la lactancia materna no son exclusivos de la primera infancia, sino que se extienden durante toda la vida.
Beneficios para la madre
Para las madres, el acto de amamantar tiene múltiples efectos beneficiosos, tanto psíquicos como físicos. Desde el punto de vista emocional, dar el pecho ayuda a afianzar y acrecentar el vínculo con el recién nacido, mejora el autoestima y la sensación de bienestar.
En cuanto al cuerpo, amamantar contribuye a que el útero vuelva más rápido a su tamaño normal, reduce las hemorragias después del parto y, por lo tanto, las posibilidades de padecer anemia.
Otra ventaja de la lactancia es que las madres suelen recuperar su peso habitual más rápidamente cuando la practican. Además, la lactancia materna brinda una ventaja económica, ya que ahorra tiempo, dinero y trabajo!
Posiciones para amamantar
Ya sea que la madre esté sentada en la cama o si se acomodó en una silla, es importante que mantenga la espalda derecha y relajada mientras le ofrece el pecho al bebé. Puede ser más difícil para el bebé «prenderse» si la mamá está inclinada hacia adelante o hacia atrás porque cambia el ángulo en que el niño recibe el pecho. Una vez que la madre esté en posición correcta, puede sostener al bebé de diferentes maneras. Se recomiendan diferentes posiciones para la mamá y el bebé.
