Seguramente te hayas preguntado muchas veces la razón de ser y el origen del bautizo, una tradición de hace miles de años y uno de los sacramentos más antiguos. A continuación te vamos a ofrecer un resumen breve sobre la historia del bautismo para que conozcas mejor todo sobre él, ahora que estás pensando en bautizar a tu pequeños.
Historia del bautismo
Esta tradición, al contrario de lo que se piense, no es una exclusiva de la religión católica. El bautismo ya se celebraba entre los pueblos de la antigüedad como una fiesta pagana. Su historia comienza en Egipto, donde era un ritual para iniciarse en el culto a la diosa Isis, en el cual la persona consagrada al bautizo confesaba ante los demás sus pecados. Los primeros judíos también realizaban el bautismo como un rito iniciador al judaísmo. En el cristianismo, este rito proviene de Juan Bautista.
Dentro de la historia de la iglesia, el bautismo solo se confería a las personas adultas y se realizaba mediante una inmersión, es decir, entrando y saliendo del agua, lo que simboliza el morir y el resucitar ante una nueva vida.
La palabra bautismo proviene de la palabra griega «baptizo» que significa sumergir o lavar. La idea principal es la limpieza del pecado original que traemos al mundo simplemente por la mera acción de nacer.
El bautismo católico
Tuvo su origen en la asimilación de las prácticas judías de Jesús, como su inmersión en el agua para indicar el inicio de la vida cristiana. Ya en la Edad Media, se bautizaba en un gran número de países a los niños, al poco tiempo de su nacimiento. Poco a poco este sacramento, con el cual se derrama agua en la cabeza de la persona bautizada, sustituyó a la inmersión total.
Su simbolismo
A lo largo de toda la historia de este sacramento se han ido desarrollando unos símbolos que dan sentido a la ceremonia, como el llevlar un padrino o una madrina, que como mínimo tiene que tener 16 años, haber recibido la primera comunión y ser católico.
El símbolo más importante del bautizo es el agua bendita, encontrándose su significado en los orígenes de su historia. Como ya hemos dicho, la procedencia de bautismo viene de una palabra griega que significa inmersión, por lo que está claro que el agua va a ser el principal signo, siendo un elemento indispensable para la vida y que está relacionada con la purificación y la limpieza, representando por consiguiente la ausencia de pecado. Así que el agua limpia al bebé del pecado original de nuestros antepasados.
La luz o la vela que se entrega a los padres del niño bautizado, simboliza a Cristo. Él será la luz que desde el mismo momento del bautizo, va a iluminar la vida del recién bautizado. Por otra parte el blanco del vestido del bautizado se puede interpretar de diferentes maneras. En el sentido original, el color blanco aporta alegría y solemnidad, pero interpretaciones más recientes lo relacionan con la inocencia y la pureza. También puede se puede ver como símbolo de vida eterna. En la antigüedad a los difuntos los envolvían con un sudario blanco, por lo que se puede interpretar que Dios es el comienzo y el fin de todo.
Por último, el crisma, que se trata de un aceite aromático con el que se unta a quien se convierte en un cristiano ya que Jesús era llamado el «Cristo», lo que significa el «ungido».
