La dentición del bebé

dientesAunque algunos niños pueden nacer con algún diente, lo normal es que éstos empiecen a salir a partir de sus tres meses de vida. Descubre el proceso de dentición del bebé y cómo mitigar las molestias.

La dentición temporal

Hay que destacar que el orden en el que van apareciendo los dientes temporales es muy variable, y ello no indica ni un retraso ni una anticipación en el crecimiento, aunque ciertas deficiencias nutricionales o algunas enfermedades como el hipotiroidismo, sí que pueden retrasar el proceso de crecimiento normal de los dientes.

Aunque cada bebé es diferente, en la mayoría de los casos los dientes temporales suelen aparecer entre los tres primeros meses de vida y los doce meses de edad. La cronología que sigue la erupción de los dientes temporales es la que se indica a continuación: los incisivos centrales inferiores en primer lugar, los cuatro incisivos superiores, dos laterales y dos centrales en segundo lugar. A continuación los cuatro primeros molates, dos inferiores y dos superiores así como los dos incisivos inferiores laterales. Luego aparecern los cuatro caninos y normalmente, sobre los dos años de edad, erupcionan los cuatro segundos molares.

A los tres años de edad los niños ya suelen tener un total de veinte dientes temporales o de leche. Los dientes situados en el maxilar superior suelen aparecen por regla general, uno o dos meses después de los dientes antagonistas de la mandíbula.

Consejos y molestios para la dentición temporal

Aunque la erupción de los dientes temporales no acarrea generalmente muchos síntomas, si que es normal que aparezca una hinchazón ligera y un enrojecimiento de las encías. Estos síntomas son los que preceden a una isquemia ligera o a una disminución del riego sanguíneo, justo en el punto en el que el diente se está abriendo paso por la encía. También es posible que el bebé presente algo de fiebre por la inflamación, así como un dolor que se alivia con la presión. Se produce un aumento igualmente en la secreción de la saliva y el bebé babeará mucho más e intentará morder todo aquello que esté a su alcance. Durante días o incluso semanas pueden presentarse irritables e intranquilod y con cambios en sus pautas de alimentación o de sueño.

Para aliviar estos síntomas los padres pueden frotar la encía del bebé con un dedo mojado en agua, siempre con suavidad. También resultan muy útiles los mordedores, sobre todo los que tienen en su interior líquido, porque así es posible enfriarlos antes de aplicarlo a la encía. Hay que tener la precaución de comprobar siempre que no pierda líquido por ningún sitio.

Hay que recordar que la higiene de la buca tiene que comenzar antes de la aparición de los primeros dientes de leche, por lo que hay que limpiar las encías de tu hijo todos los días con una gasa húmeda y limpia. En el momento en que le salgan los primeros dientes, hay que cepillárselos con un cepillo especial para bebés muy suavemente y solo con agua, sin ningún dentífrico.