Enseñar a los niños a ayudar en casa

Ayudar en casa es una mentalidad que debemos inculcar a nuestros hijos desde que son muy pequeños, no hay nada que no se pueda hacer, debemos ver por edades lo que conviene. Enseñar a los niños a ayudar en casa

A todos nos encanta que cuando llegamos a casa todo esté listo, a punto, limpio y ordenado. En estas tareas tan sencillas todos podemos colaborar y echar una mano. Los niños lo harán con facilidad si desde pequeños tenemos ese proyecto común toda la familia.

Hacer la cama nada más levantarse y dejar la habitación ordenada y recogida, sin trastos por en medio son algunas de las tareas que cada uno puede hacer antes de irse al colegio o al trabajo.

Hay otros muchos encargos que se pueden delegar en una casa. Por ejemplo comprar el pan cortarlo para ponerlo en la mesa, bajar la basura y colocar una nueva bolsa en el cubo, comprar la prensa al volver del colegio, recoger el correo. Dar de comer al perro o sacarle a pasear, un animal necesita muchos cuidados, tantos casi como una persona para sus necesidades básicas: bañarse, cortarse el pelo, comer…

Respecto a la misión de mantener el orden en la casa hay varios encargos fáciles que se pueden dar a los niños: como el orden de los DVD, el orden del cuarto de los juguetes, el orden de la ropa de abrigo o de deporte.

En cuanto a la distribución de tareas como poner o recoger la mesa, recoger al lavavajillas o llenarlo, meter la ropa sucia en el cesto o poner las cosas rotas para coser, son pequeñas tareas que facilitan la marcha de la casa y en las que un niño se puede empezar a implicar desde pequeño, sin que todo se lo tengan que hacer los adultos. A veces los niños no colaboran más porque no les dejamos espacio para ayudar y ellos quieren hacerlo, sienten la casa y la familia más suya cuando participan con su colaboración.

Cuando no se les ocurre ayudar hay que pedírselo, en la mayoría de las ocasiones no hay mala voluntad sino pocos hábitos o algo de pereza, nosotros somos los que les tenemos que pedir auxilio y así ellos se acostumbrarán a llegar a casa y preguntar si necesitamos ayuda en algo. Es un buen hábito para cultivarlo con nuestros hijos, así abrirán siempre sus ojos al entorno y se preguntarán si los demás están necesitando que les echen una mano.

Ayudar es una capacidad que se puede cultivar desde que el niño tiene muy poca edad, porque siempre hay algo que recoger y él nos puede ayudar. Por ejemplo cuando terminamos de darle la papilla podemos irle diciendo lo que vamos haciendo para que el niño se familiarice con las acciones y no sólo nos acompañe, sino que nos ayude. Aunque en esos momentos nos parezca que nos es importante que el niño lleve su vaso al lavaplatos, o tire una piel de plátano a la basura, o nos vea echar el babero a lavar o lo eche él mismo, son acciones que se van quedando en su mente y se registran como actividades enlazadas que él mismo puede repetir. Intentemos implicar a nuestros hijos en el buen funcionamiento de la casa desde que son muy pequeños.