Efecto de la música en los bebés

La música relaja a los bebés, les ayuda a dormir y a estar tranquilos. Sus efectos son notorios en los pequeños hasta el punto de que los especialistas recomiendan a los papás estimular con ella el desarrollo de sus hijos. A lo largo de toda la historia, la música ha jugado un importante papel en la sociedad y en el caso de los niños les favorece, primeramente, el aprendizaje del desarrollo cognitivo y del lenguaje, a la par que transmite emociones, crea un espacio para divertirse y favorece su creatividad.

Los efectos que produce

La música estimula el oído de los niños y les viene muy bien para hacerse entender y expresarse. Además el ritmo de la misma y su lenguaje les ayudan a aprender a hablar. La repetición de los sonidos y su frecuencia contribuyen a que comprendan mejor las palabras.

Por otra parte la música clásica fomenta su desarrollo creativo e intelectual, además de potencias la capacidad cognitiva y los aspectos emocionales, ya que activa el hemisferio derecho del cerebro. El niño desarrolla una sensibilidad extra al escuchar música, algo que tiene efectos sobre su concentración, su atención y su memoria. Por ende, refuerza las relaciones afectivas.

Cabe señalar que la música reduce el nivel de estrés en los niños, por lo que los profesionales recomiendan a los padres que también escuchen música clásica o relajante, ya que el cortisol, que es como se conoce a la hormona del estrés, disminuye cuando se escucha algo que gusta.

También estimula en los niños la producción de endorfinas, unas sustancias que provocan bienestar. Así, si se encuentra acostumbrado a escuchar este tipo de música, la va a asociar a un estado de tranquilidad, durmiendo mucho mejor y encontrándose mucho más relajado con el paso de los años.

Según estudios llevados a cabo han descubierto que las activaciones cerebrales en un recién nacido sano durante sus tres primeros días de vida, mediante una resonancia magnética funcional, que la reacción es muy parecida a la de un adulto, es decir, que hay una predisposición neurológica muy específica para la percepción de la música. Escuchar de una manera precoz música favorece la potencialidad cognitiva de los bebés, tanto en lo que respecta al desarrollo de la musicalidad como a su creatividad.

En general todos los expertos destacan que los estímulos musicales son una especie de nutrición para el cerebro de los niños y que la sensibilidad que desarrollan éstos para la música, puede tener efectos muy positivos sobre la atención, la concentración y la memoria.

Por ese motivo, tiene que ser considerada como un elemento mucho más que fundamental, no solo por sus efectos en el presente, sino porque también va a ir gestando en el desarrollo de los niños a lo largo del tiempo. Si se crea un hábito desde que son bien pequeños, la música se va a convertir en un regalo para toda su vida.