Calabaza para los más pequeños

Esta hortaliza versátil, dulce y sabrosa muestra su versión más mejorada durante el otoño y es que además de poder disfrutarla con todas sus máximas propiedades durante esta época, podrás encontrarla a un precio más económico. Calabaza para los más pequeños

La ficha de identidad de la calabaza

La calabaza cuenta con un perfil nutricional bastante interesante y es que contiene una gran concentración de agua, casi un 94%, y una presencia muy baja de azúcares simples, por lo que está considerada como un alimento perfectamente capaz de saciar sin aportar demasiadas calorías, tan sólo 18 kcal por cada 100 gramos. También cuenta con una enorme cantidad de sales minerales como por ejemplo el calcio, el hierro y el fósforo. La calabaza destaca también por su elevado contenido en betacaroteno que es una sustancia que el propio organismo logra transformar en vitamina A que resulta fundamental para el buen funcionamiento de la visión  así como para proteger la piel.

Cómo elegirla

Debe estar siempre bien tersa y madura. Si la compramos entera debemos golpearla con los nudillos y comprobar que se emite un sonido sordo. Su rabito debe ser flexible y encontrarse perfectamente unido a la hortaliza. Su piel debe estar muy limpia y sin ningún golpe. Dado su gran tamaño la calabaza se suele vender en rodajas o en trozos y en este caso será necesario comprobar que la parte más expuesta al aire no esté muy seca y que sus semillas sean resbaladizas.

Cuándo se deben introducir en la dieta de los niños

Normalmente esta hortaliza no suele provocar ninguna alergia por lo que puede ofrecerse a nuestro bebé ya sea en forma de crema o de puré desde el mismo comienzo del destete. Un poco más adelante podremos emplearla cuando preparemos sus primeras pastas, arroces o salsas.

Rodajas de calabaza asada

Una de las primeras recetas que se pueden preparar a nuestro hijo con este ingrediente tan rico y saludable es la que contiene los siguientes ingredientes:

  • 700 gramos de calabaza
  • Cinco cucharas de salsa de tomate
  • Dos cucharas de aceite de oliva
  • Seis cucharas de caldo de verduras
  • Medio limón
  • Dos cucharas de zumo de naranja
  • Una cuchara de pimentón dulce
  • Media cuchara de semillas de hinojo
  • Sal y pimienta

Comenzamos lavando la calabaza, la pelamos y la quitamos todas las semillas y los hilos que sobran para cortarlas posteriormente en rodajas finas.

Precalentamos el horno a unos 180 grados centígrados dando calor tanto en la parte superior como inferior.

Mezclamos todos los ingredientes nombrados anteriormente  para preparar el adobo y colocamos las rodajas de la calabaza sobre una bandeja de horno cubierta con papel especial para éste y lo untamos con la mitad del  adobo elaborado.

Metemos en el horno todo el preparado y lo cocinamos durante unos cuarenta minutos aproximadamente. A la mitad del horneado damos la vuelta a las rodajas de calabaza y las untamos con el resto del adobo para servir posteriormente en platos individuales.