¿Cuánto biberón debe tomar el bebé?

biCuando la madre se ha planteado el biberón como método para alimentar a su bebé, la cabeza se le llena de preguntas, siendo una de las más frecuentes cuánto deben darle para que el bebé se desarrolle y crezca perfectamente.

Las primeras semanas

Después de nacer y durante sus primeras semanas de vida, las tomas del biberón van a depender de lo que necesite el bebé, siendo innecesario poner unos horarios o un número limitado de tomas ya que el bebé no tiene un ritmo todavía definido. Además la leche de inicio es muy similar a la leche de la madre, conteniendo lactosa como único hidrato de carbono, así que no hay que preocuparse de sobrealimentar al niño.

Una alimentación a demanda no tiene que suponer ningún problema usando la leche de incio. El consumo diario irá aumentando de una manera gradual con los consejos del pediatra, pero aproximadamente ocho tomas al día de biberón serán totalmente normales durante sus primeras tres semanas de vida, pudiendo aumentarse la cantidad transcurrido este tiempo, ya que las tomas también se irán alargando algo más. Durante las primeras semanas el recién nacido demandará muchas más tomas y más seguidas, incluidas durante la noche, pero las cantidades que tomará serán muy pequeñas, ya que su estómago todavía se está formando. Transcurridas unas semanas, y coincidiendo con el desarrollo de su estómago, el bebé realizará tomas más espaciadas pero a la vez de mayor cantidad, por lo que es muy probable que por las noches los padres puedan dormir varias horas seguidas.

A partir del segundo mes

Al ir aumentando la cantidad de comida, el bebé se encontrará saciado durante más tiempo y la leche que necesitará durante esta etapa va a depender también del bebé en sí mismo y de su tamaño corporal, pero como norma general, se podría hablar de 150 ml. aproximadamente por cada kilo de su peso corporal, sin llegar al día a más de un litro.

De cualquier forma los bebés suelen tener un sentido bastante fiable de la cantidad de la comida que necesitan y se hacen oir si se sienten hambrientos y dejan de comer si se encuentran saciados. Por ello no hay que forzar al bebé nunca a que se termine el biberón si no quiere seguir comiendo. Si un día por cualquier causa, el pequeño toma menos de lo normal, lo más seguro que al día siguiente beberá más. No hay que preocuparse demasiado si un día se le da un poco más o un poco menos de lo habitual. Mientras el bebé vaya creciendo y se vaya desarrollando bien, no hay ningún motivo para estar intranquilos. De cualquier manera y ante cualquier duda, lo más aconsejable es acudir al pediatra que informará convenientemente tanto sobre la alimentación del pequeño, como de si su desarrollo está siendo el correcto.