Diferentes estados psíquicos en la adolescencia

En los casos de conductas difíciles de los hijos adolescentes, los padres han de tratar de ayudar al hijo a encontrar un camino, bien con sus orientaciones o con la ayuda profesional adecuada. Diferentes estados psíquicos en la adolescencia

Neurosis

Los estados ansiosos son frecuentes en la etapa adolescente por las circunstancias de cambio, incertidumbre y tomas de decisiones trascendentales, entre otros. La ansiedad suele presentarse en momentos determinados y por breves períodos, que la mayoría de adolescentes superan satisfactoriamente. Pero algunos tienen manifestaciones ansiosas excesivas, tales como preocupación desmesurada por el rendimiento académico o deportivo, por la adecuación de sus relaciones sociales, dudas en el futuro, exagerado apego de sí mismo, etc. También se manifiesta con problemas somáticos sin causa orgánica, como dolor de estómago o de cabeza, dificultad para conciliar el sueño y estados de tensión e incapacidad para relajarse. Junto a estos cuadros ansiosos pueden presentarse también en la adolescencia cuadros clínicos semejantes a los de los adultos y caracterizados por síntomas de neurosis fóbicas e histéricas.

Depresión neurótica

Las preocupaciones propias de la edad pueden ser tan exageradas que lleven a pensamientos y sentimientos depresivos hasta convertirse en depresiones neuróticas. El adolescente se siente inseguro porque se da cuenta de la disparidad entre su ideal y su realidad; encuentra gran cantidad de elementos en su cuerpo que dificultan la construcción de su nueva imagen: las espinillas, la estatura, el inicio de las reglas, la obesidad, etc. El adolescente se siente extraño consigo mismo, es necesario que acepte su propio cuerpo y su personalidad, que va descubriendo poco a poco y que generalmente, no es de su agrado.

En este período de la vida, se forma la identidad personal. Si el joven tiene suficientes recursos lógicos para enfrentarse con los distintos elementos que la conforman, podrá alcanzarla satisfactoriamente, pero en caso contrario, pueden presentarse una serie de trastornos de identidad que con frecuencia, le llevarán a un estado depresivo. En ciertos casos, la depresión será intensa, pero de corta duración, y su superación no presentará mayor dificultad. Si la duración es mayor y persiste con el paso del tiempo, aunque la intensidad no sea grande, puede llegar a causar un quebranto psíquico importante que requiera la intervención terapéutica.

A esta edad los cuadros depresivos también pueden presentarse por un sentimiento de incomprensión. El adolescente se lamenta de que sus padres, profesores y a veces incluso compañeros, lo le comprenden; encuentra a faltar el apoyo en su entorno, se siente solo y vacío y su perspectiva vital no le ofrece motivaciones ni estímulos.  En estas condiciones, le resulta difícil concentrarse en sus actividades, establecer las adecuadas relaciones sociales, estudiar o trabajar y tener un desarrollo normal.