Recetas con calabaza para niños

Por su gran aporte vitamínico, el uso de la calabaza es muy recomendable que sea introducido cuanto antes mejor, en la dieta de los más pequeños de la casa. Además su color facilita su incorporación en su alimentación con platos típicos que resultan muy apetecibles a los ojos de los niños. Recetas con calabaza para niños

Crema de calabaza

Aunque esta hortaliza no es todavía demasiado popular en la gastronomía española, cada vez se le está dando más importancia a su consumo por los grandes beneficios que aporta al organismo de los niños y con la que se pueden elaborar una gran cantidad de recetas para cualquier ocasión y para todos los gustos.

En este caso vamos a preparar una exquisita crema de calabaza para lo que necesitaremos los siguientes ingredientes;

  • 400 gramos de calabaza pelada y sin pepitas
  • Un puerro en trozos
  • Dos tomates
  • Dos patatas cortadas en tacos
  • Dos zanahorias también en trozos
  • Dos cucharadas de aceite de oliva
  • ¼ de una barra de pan
  • Una pastilla de caldo, preferiblemente de verduras

Comenzamos rehogando en una cacerola los puerros, las zanahorias y los tomates previamente troceados y cuando estén todos bien pochados agregamos la calabaza para cubrir con agua en la que se habrá disuelto la pastilla de caldo de verduras junto con una pizca de sal.

Añadimos las patatas cortadas y dejamos que permanezca una media hora cociendo a fuego lento. Cuando todos los ingredientes estén bien cocidos lo pasamos por la batidora o por un chino y reservamos.

Cortamos el pan en forma de picatostes y los freímos en aceite. Sacamos y escurrimos bien.

Servimos la crema con los picatostes por encima para delicia de nuestros hijos mientras nos aseguramos que ingieren las vitaminas necesarias.

Buñuelos preparados con calabaza

Para esta receta que resultará tan agradable a los niños como a los adultos se necesita:

Una calabaza de un kilo aproximadamente

  • Un kilo de harina
  • 40 gramos de levadura
  • Tres huevos

En primer lugar asamos la calabaza en el horno y la limpiamos muy bien dejándola libre de filamentos y de pipas para formar posteriormente una masa muy bien trabajada la cual reservaremos.

Con la harina y la levadura preparamos otra masa como si fuéramos a elaborar pan pero esta vez sin sal. Cuando ya esté bien fermentada le añadimos la masa de la calabaza reservada con anterioridad y trabajamos todo perfectamente hasta que consigamos una pasta homogénea. Después procedemos a añadir los tres huevos batidos. La masa obtenida tiene que tener una consistencia muy blandita.

En una sartén con aceite suave y muy caliente vamos incorporando los buñuelos que podemos formarlos con la ayuda de una cuchara o con las propias manos. Si no contamos con mucha práctica es posible hacerlos con un molde, eso sí, mojado previamente para que no se nos pegue la masa en el momento de hacerlos.

Una vez fritos los pasamos por abundante azúcar glass y los servimos aún calientes aunque también se pueden recalentar posteriormente  sin ningún problema en caso de que nos sobraran.