¿Qué hay que dar de comer a un niño cuanto está vomitando?

Cuando un niño vomita mucho el principal riesgo que se corre es que sufra deshidratación, por eso resulta extremadamente importante saber cómo tenemos que actuar para volver a rehidratarle correctamente y que dieta debemos ofrecerle en estos casos. Descubre cómo hay que proceder ante un caso de vómitos continuos para proteger a tu pequeño. ¿Qué hay que dar de comer a un niño cuanto está vomitando?

Descanso para su estómago

Un catarro, una mala digestión, nervios, una infección intestinal… son muchas las causas que pueden llevar a un niño a sufrir frecuentes vómitos y que pueden llegar a poner en peligro su salud, pero sea cual sea su causa, lo más recomendable es que su pequeño estómago descanse por un tiempo para poder recuperarse y dependiendo eso sí, de la frecuencia de sus vómitos y de las propias apetencias del niño.

Así por ejemplo si ha vomitado solamente una vez, es probable que simplemente con un par de horas que se espere antes de volver a ofrecerle nada, bastará. Mientras tanto lo mejor es que duerman o descansen un rato ya que de esta manera también ayudara a que su estómago se vacíe y se alivien sus náuseas.

Líquidos

Pero si el niño ha vomitado varias veces lo más seguro es que tenga una enorme sensación de sed por lo que resultará difícil que aguante este tiempo sin beber. En estos casos es necesario ir dándoles líquidos poco a poco en intervalos de quince o de treinta minutos.

Estos líquidos conviene que sean ligeramente azucarados y se puede tratar de cualquier suero de rehidratación oral o una bebida tan simple como un poco de agua mineral a la que se añadirá algo de azúcar, pero no mucha. Este último ingrediente ayudará a evitar la presencia de acetona que casi con total seguridad sufrirá el pequeño que ha estado vomitando varias veces y que como consecuencia le acarrearán un decaimiento general y una pérdida de apetito.

Sólidos

Tampoco es necesario que se deje pasar demasiado tiempo antes de ofrecerle una alimentación sólida, pero eso sí, no hay que forzarle a ello si no tiene apetito. En este caso, las bebidas con azúcar resultarán recomendables por partida doble para conseguir recuperarlo.

En el caso de que el niño tenga hambre y haya estado tolerando los líquidos bien, se puede proceder a darle algo de comida, aunque siempre comenzando con alimentos ligeros y que no tengan grasas.

Una dieta perfecta en estos casos sería por ejemplo darle para desayunar un yogur desnatado o un vaso de leche con un poco de azúcar y de cereales. A la hora de la comida se le puede ofrecer una sopita de arroz y un plátano. Para merendar otro yogur desnatado o una pieza de fruta, cualquiera puede servir aunque la manzana en estos casos es perfecta y para cenar una ración de pescado blanco o de pollo hervido junto con unas patatas cocidas con un chorro de aceite de oliva. En ningún momento hay que ofrecerles nada frito.