Son muchos los niños y niñas entre ocho y nueve años de edad que sufren de una pubertad precoz por lo que hay que estar alertas ya que la adolescencia puede resultar mucho más complicada si aparece antes de tiempo.
Cómo les afecta
Adaptarse a la pubertad no resulta sencillo ni para los padres ni para los hijos, especialmente cuando aparece antes de lo previsto, ya que no tienen la madurez psicológica adecuada para asimilar los cambios que se van produciendo en ellos tanto a nivel físico como emocional.
Los estudios han demostrado que cada vez es más habitual que la adolescencia aparezca más temprano, especialmente en las niñas, aunque los motivos son un misterio. En algunos casos parece ser que el origen está en ciertas lesiones en el sistema nervioso central, siendo los factores genéticos una de las principales causas. La alimentación y los factores tóxicos y ambientales probablemente también influyan en estos casos, desequilibrando las hormonas al actuar como estrógenos y acelerar el proceso.
Tratamiento
Resulta muy importante acudir al pediatra en cuanto el pronóstico de talla adulta así como los cambios psicológicos no coincidan con la edad. De esta manera se podrá realizar un diagnóstico adecuado y determinar si es necesario un tratamiento.
Con una radiografía en la mano se puede ver si hay un adelanto en la edad de los huesos. También se debe realizar una ecografía en la pelvis, una resonancia en el cráneo y unas pruebas hormonales para ver si existe una posible anomalía. De esta manera se puede hacer un pronóstico del crecimiento. Si es necesario se administrarán inyecciones una vez al mes para bloquear la secreción de las hormonas y frenar el avance puberal, algo que permitirá un desarrollo adecuado de los huesos.
Cuando tarda en llegar la pubertad
Aunque no existen reglas estrictas, por supuesto, los especialistas piensan que también existe una pubertad retardada que igualmente merece una consulta al pediatra. Estos casos suceden cuando el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios no ha comenzado antes de los catorce años en el caso de los varones y antes de loso trece años de edad en el caso de las mujeres.
Por regla general, los retrasos se pueden deber a una herencia genética y no suelen revestir ninguna gravedad, pero es cierto, que enfermedades crónicas como por ejemplo la diabetes, la anorexia, una enfermedad de tipo renal, celiaquía o una enfermedad intestinal de tipo inflamatorio, también pueden llegar a provocar este tipo de problemas, por lo que en todos los casos, ya sea de adelanto o de retraso en la pubertad, debe ser consultado con el pediatra cuanto antes para que aconseje a los padres como actuar y por supuesto, para realizar las pruebas que sean necesarias.
