Matrimonio después de los hijos

El matrimonio es un paso muy importante para una pareja y lo ven mucho más serio después de que ha habido la llegada de hijos y que llevan varios años de unión libre. Matrimonio después de los hijos Muchas parejas duran muchos años de relación sin formalizarla de alguna manera por medio del matrimonio y es común ver parejas en  medio de la unión libre haciendo sus planes como familia ya que incluso llegan hijos.  Y para algunos es mejor no llevar a cabo el matrimonio porque lo ven como un formalismo y hasta incluso si lo hacen la relación se deteriora y hasta pueden separarse.Otro problema es que después de que han vivido la magia de la unión libre, de compartir la vida como pareja y de tener uno o dos hijos, esas ganas se van deteriorando y la costumbre empieza a hacer de las suyas. Y desafortunadamente es precisamente luego de la llegada de los bebés que la calidad va disminuyendo debido a que los padres toman sus responsabilidades, tienen que distribuir su tiempo en los hijos y el trabajo, en el cuidado y en la orientación para los pequeños, dejando de lado el enamoramiento y la dedicación del uno al otro. 

También se generan discusiones desde que el bebe nace debido a que tienen que turnarse el cuidado de los pequeños desde las razones del llanto nocturno  hasta el cambio de los pañales y hacer el tetero. Cuando se casan, un gran porcentaje cree que la relación mejorará por el significado del hecho, pero la verdad es que muchas veces sienten que se han comprometido aun más y que es algún tipo de “amarre” ya sea para el padre o la madre. El problema radica en que cualquiera de los dos padres puede considerar a su hijo como el eje de la vida y sienten que las necesidades de la pareja o la dedicación del uno al otro pueden esperar. También sin necesidad que sean excusas, cualquiera se puede sentir extenuado con las actividades diarias y al momento de tener un lapso de privacidad, gana más el sueño. 

También guardan un cierto complejo de “responsabilidad” por toda la casa y no permiten que el esposo o esposa hagan algo porque lo harán mal, haciendo que los demás incluso los hijos a medida que crecen se sientan inútiles y vean una obsesión de cuidado, lo que cansa a cualquiera. Es normal que un matrimonio pase por crisis y discusiones que se solucionan por medio del dialogo o a veces hasta de gritos que expulsan todo lo que una persona guarda, pero finalmente es liberado y la situación mejora. Pero hay ocasiones en las cuales a los problemas y crisis se unen a la falta de amor y deterioro general de la relación, ante los cual ya no se puede hacer nada y es entonces cuando hay que pensar en los pequeños, en como orientarlos sobre el divorcio y que lo asimilen de una manera clamada y si es necesario con orientación sicológica y más cuando están entre los 5 y 10 años y la adolescencia.