La preclamsia en el embarazo

Para prevenir los efectos que este problema puede suponer en una mujer embarazada es necesario un diagnóstico precoz y por supuesto, el seguimiento de un profesional. La preclamsia en el embarazo

¿Qué es la preclamsia?

Se conoce con este nombre a una forma de tensión alta que tiene lugar durante el embarazo y el puerperio sumado a una aparición de proteína en la orina. Su consecuencia más inmediata es la contracción de los vasos sanguíneos del organismo, algo que provoca que la cantidad de nutrientes y de oxígeno que el bebé recibe, se verá considerablemente reducida.

Todavía no se sabe cómo se puede prevenir y una vez que aparece se convierte en irreversible pero aun así se puede controlar y los profesionales de este ramo de la medicina cuentan con protocolos ya establecidos previamente para este tipo de embarazos.

¿Cómo se actúa ante la preclamsia?

 Una vez detectada los especialistas tienen que lograr estabilizar la tensión arterial y por regla general suelen finalizar la gestación una vez se sobrepasa la semana número 25. En este caso se ingresa a la gestante para conseguir tener un exhaustivo control tanto del feto como de madre, en la unidad de cuidados intensivos y seguir un correcto seguimiento. Son bastantes los partos en los que se termina con una cesárea una vez el feto ha alcanzado la madurez de sus pulmones.

El simple hecho de tener antes del embarazo la tensión arterial alta no tiene que significar que se vaya a tener preclamsia aunque eso sí, supone un factor de riesgo importante que debe ser controlado.

De igual manera, que se padezca esta patología durante el embarazo no tiene por qué significar que después de dar a luz se siga teniendo la tensión alta. Pero si por ejemplo en el primer embarazo se ha sufrido de preclamsia, habrá que tenerlo en cuenta pues existe entre un 25% y un 50% de posibilidades de que pueda volver a aparecer en el siguiente embarazo. De hecho, los médicos en estos casos administran ácido acetilsalicílico y van controlando el estado de los vasos sanguíneos de la madre de las arterias uterinas mediante marcadores bioquímicos  y un Doppler para lograr un diagnóstico precoz.

Los síntomas de la preclamsia

Los síntomas de una preclamsia leve son la presencia de proteína en la orina, una presión arterial alta y la inflamación de las manos y de la cara. Cuando el caso es más grave, además de los síntomas mencionados anteriormente, existe dolor de cabeza, hiperreflexia o reflejos rápidos, visión borrosa, náuseas, sensibilidad a la luz y una inflamación severa o una subida de peso repentina de más de un kilo en un mismo día. Sólo en casos muy extremos o en aquellos en los que no se lleva un correcto seguimiento por parte del médico y no se controla correctamente esta enfermedad, la preclamsia puede derivar en eclampsia, con la aparición de convulsiones y de pérdida del conocimiento incluso.