El paso de la lactancia a las papillas

Aunque hasta los seis meses de edad es primordial amamantar al bebé ya que completa de esta manera la formación de sus funciones intestinales, transcurrido este primer semestre, se debe comenzar a sustituir la toma de la leche materna por nuevos alimentos como los yogures, los zumos, los cereales o las frutas. El paso de la lactancia a las papillas

Los períodos de transición entre los diferentes alimentos

Como hemos dicho, cuando el bebé cumple seis meses se hace necesario cambiar su alimentación ya que sus necesidades nutricionales van a comenzar a cambiar. Ya no puede solamente alimentarse de la leche materna puesto que en ese caso conllevaría una importante desventaja nutricional.

Es importante saber que este cambio va a requerir de cierta paciencia, teniendo en cuanta que pueden existir ciertas intolerancias alimenticias en el bebé que le puedan provocar fiebre, estreñimiento, diarrea o cualquier otro tipo de enfermedad. Todo ello conlleva hacer dicho cambio de una manera paulatina y observando las reacciones del bebé y por supuesto, siempre con la aprobación y la vigilancia del pediatra.

Alimentación a partir del año

Si un bebé es mantenido solamente con leche materna a partir de su primer año de vida, éste se puede ver envuelto en un grave riesgo de desnutrición. Si el bebé se niega a comer otra cosa que no sea leche y llora por ello, se debe acudir al pediatra ya que puede recomendar algún complemento alimenticio. En cualquier caso él sabrá cómo actuar ante estos casos, ya que en numerosas ocasiones son los mismos padres los que continúan dando leche al bebé por temor a que el niño no coma nada o por tener poco tolerancia a sus llantos y siempre en el caso de que no exista ninguna evidencia de intolerancia a ciertos alimentos.

La alimentación de un bebé de un año deberá obedecer siempre a sus necesidades nutricionales y a su actividad física. Es importante darle de comer cuando tenga hambre, ya que aunque rechace normalmente la comida, seguro que con hambre la aceptará.

Normalmente se tarda entre dos o tres días en introducir un alimento nuevo en la alimentación del bebé y a partir de ese momento es mucho más sencillo establecer un patrón en las comidas. Así por ejemplo podrás acostumbrarle a darle un biberón por las mañanas, un yogur o una pieza de fruta a media mañana, una papilla en la comida, una fruta en la merienda y de nuevo un biberón o algo de cena por la noche, según el pequeño lo vaya asimilando.

Como a partir de los siete meses de edad el bebé ya es capaz de reconocer las emociones más primarias en sus figuras cercanas como la de sus padres, abuelos o hermanos, cuando se introduzca el cambio de alimentación en su dieta, es imprescindible presentarse con firmeza y autoridad ante él, haciéndole entender que este cambio es conveniente y saludable para él y no dejándose vencer por los llantos ni los enfados que pueda llegar a provocarle dicho cambio. En definitiva son los padres los que saben verdaderamente lo que su bebé necesita para continuar creciendo correctamente.