Disfraces para niños de Halloween

La noche de Halloween es una ocasión excelente para que los más pequeños de la casa se vistan de miedo y se dediquen a impresionar o a asustar a sus familiares y a sus amigos, y cuanto más tenebroso y horripilante sea su disfraz, mucho mejor y más contentos saldrána pedir dulces a sus vecinos a la vez que a asustarlos.

Pero ¿sabes de dónde ha surgido esta tradición de disfrazarse en Halloween? Pues parece ser que los celtas fueron los impulsores de esta celebración, según la historia, ya que usaban máscaras para huir de los espíritus y de la oscuridad que tanto miedo les provocaban.

Origen de los disfraces de Halloween

Como ya hemos dicho la costumbre de disfrazarse en estas fechas cuenta con raíces celtas, concretamente anglosajonas. Hace cientos de años, las noches de invierno eran una amenaza para la gente, provocando su oscuridad bastante temor ya que pensaban que durante la noche de Todos los Santos, los muertos volvían a la vida convirtiéndose en fantasmas, en brujas, en momias, etc., llegando a pensar incluso, que si salían de sus hogares se los iban a encontrar por la calle.

Y como no todo el mundo podía permitirse estar encerrados toda la noche en su casa, los que tenían que salir pensaban que si lo hacían disfrazados, no iban a ser reconocidos por los fantasmas. Así que usaban capuchas, máscaras y todo lo que se les ocurriera con el objetivo de despistar a los fantasmas durante su búsqueda de espíritus.

En los Estados Unidos las primeras celebraciones que tuvieron lugar consistían en reuniones públicas de vecinos en las que se compartían historias de fantasmas y de muerte, y donde se bailaba y cantaba. A mitad del siglo XIX las festividades anuales eran ya muy comunes aunque no se celebraban todavía en todo el país. Comenzó a generalizarse cuando los nuevos inmigrantes irlandeses empezaron a llegar al país, hacia la segunda mitad de siglo.

En ese instante los estadounidenses empezaron a disfrazarse para ir de casa en cada pidiendo dinero o comida, una práctica que se convirtió más adelante en lo que hoy se conoce como truco o trato, algo que más tarde harían millones de niños la noche del 31 de octubre en todo el mundo.

Afortunadamente no todo es terror y miedo durante esta noche. Con el paso del tiempo esta celebración ha ido sufriendo ciertas alteraciones, por ejemplo, aunque siguen siendo muy utilizados los disfraces de fantasmas, de brujas, de hombres sin cabeza, de momias, etc, también se han ido sumando otros disfraces menos terroríficos como de animales, de hadas o de cualquier otro personaje infantil, ya que al fin y al cabo, lo que se busca es que los niños se diviertan y dejen volar su imaginación a través de los disfraces.