Cuidar de los hermanos pequeños

Las relaciones entre hermanos son algo especial en una familia. Los hermanos mayores suelen cuidar con mucho acierto de los pequeños. Cuidar de los hermanos pequeños

Los hermanos son una gran riqueza, apoyarnos en la ayuda mutua entre ellos es una fuente de virtudes, en realidad podríamos decir que es un ensayo de la sociedad. La familia es la primera célula de la sociedad, ahí están en germen todos los valores. Primero se aprende a convivir en la familia y luego se muestra en la sociedad aquello en lo que hemos adquirido en nuestras primeras relaciones humanas. Educar a nuestros hijos es tallar esos elementos que luego formarán la estructura de la sociedad.

Integrar a los hermanos mayores en el cuidado de los más pequeños es hacer crecer en ellos la responsabilidad. Cuidar de un hermano es mejor que cuidar de un perro u otro animal. Enriquece más, porque se tienen que poner en juego muchos más valores y además hay intercambio de relaciones. Las relaciones de los hermanos entre ellos, no son las mismas que las de los padres con los hijos. Los hermanos son los primeros amigos, a los primeros que se les cuentan los secretos, se les preguntan las dudas, se les pide ayuda, y los hermanos precisamente porque son hermanos, casi nunca se niegan a ayudar a otro hermano.

A los hermanos mayores se les suele admirar y por eso se admite cualquier cosa que venga de ellos. Para un niño pequeño tiene más peso lo que le dice su hermano, a veces, que lo que le dicen sus padres. Si su hermano le lleva al colegio, le gusta más y le hace sentirse mayor, más que si le llevan sus padres.

Son muchas las tareas que se pueden delegar a un hermano más mayor, todo lo que él ha aprendido antes y con lo que ya se desenvuelve, le podemos pedir que se lo vaya enseñando a su hermano más pequeño. Por ejemplo a vestirse, pueden intentar hacerlo a la vez. Está demostrado que los niños que tienen hermanos mayores maduran antes, porque se fijan en lo que hacen sus hermanos y como quieren ser como ellos, lo hacen y adquieren las destrezas y hábitos con más rapidez que su hermano mayor.

Con los hermanos se tienen las primeras riñas y peleas, pero también las grandes reconciliaciones. Con los hermanos se hacen muchos recuerdos que no se pueden hacer con otras personas: se hacen peleas de almohadas, se rompen cosas juntos, se hacen todo tipo de trastadas y se corren aventuras en la despensa, en el armario de mamá o en el despacho de papá. Son entornos familiares, en los que divertirse juntos crea lazos y hace más familia. También por eso se comparten los castigos, se escuchan las riñas de los padres, igual que se celebran las bodas de oro de los abuelos, el aumento de sueldo de papá, el nuevo empleo de mamá, que le ha salido un diente a un hermano pequeño.

Para los padres los hermanos mayores son siempre una gran ayuda en la tarea educativa, porque delegan en ellos algunas de las funciones y se sienten menos solos al formar a sus hijos, entre todos se saca la familia adelante.