Pequeños que lloran mucho

Los niños llorones suelen volverse desesperantes para todas las personas que lo rodean y mucha veces depende del tipo de educación que le dan sus padres y errores que comenten creyendo que es una forma de amor, pero en realidad es una forma de enseñarle de forma errada. Pequeños que lloran mucho Es común que los niños lloren y más cuando se sienten amenazados por alguna situación o no se hace lo que quieren si se ha acostumbrado a dársele todo, pero a veces los padres y madres pueden llegar a desesperarse ante la manía de su hijo de llora por cualquier cosa, por mas minúscula que sea. 

Hay que saber diferenciar cuando es un signo de dolor o angustia pero dentro de lo normal y cuando se convierte en un gesto de manipulación para que los adultos, sobre todo los padres hagan lo que quieren o evitar que influyan en otras personas para hacerse ver como víctimas. Hasta cierta edad es necesario que llore, es decir, casi hasta los 3 o 4 años,  para poder identificar cuando algo no está bien y es más notorio cuando son muy pequeños y casi recién nacidos, pues es una forma de comunicarse ante la imposibilidad de expresarse por medio de palabras. Lo bueno de esto es que la madre y a veces el padre aprende a reconocer los signos de molestia, dolor, fastidio o enfermedad y saben controlarlo, entonces el llanto debe parar.

Otro aspecto que hay que entender es que hay niños que lloraran siempre más que otros y en ciertos casos, lo hacen más las niñas que los niños, pero no en todos los casos y no hay que generalizar. Entonces según los pediatras, puede haber una justificación de tipo genético si los padres son muy llorones o porque sencillamente es así, pero no  porque quiera manipular, sino porque si forma de expresar muchos de sus sentimientos sea de alegría o tristeza, nervios o ansiedad es por medio del llanto.

Uno de los errores que comenten los padres para hacer que su pequeño se vuelva desesperante con un llanto, que puede ser incluso hasta fingido, es prestarles atención y salir corriendo a atenderlos  ante el primer gesto o mueca para empezar a llorar, pues lo que ellos entienden es que antes que estén tristes o con lagrimas, sus padres harán todo lo posible por que este feliz y sonriendo. Tampoco hay que generar a un niño intolerante o impaciente, porque al no ver los resultados de lo que quiere, entrará en una crisis en medio de llanto y gritos, así que hay que corregirlo desde pequeño, para que entienda ordenes, aprenda a respetar, entienda que hay momentos para todo, organización y normas que debe cumplir, que no se puede dar todo lo que quiere, ya sea por falta de dinero o porque está castigado porque hizo algo mal, de esta manera aprenderá a comportarse correctamente. 

Un error más y bastante común, es educar o criar niños totalmente sobreprotegidos, que no los dejan hacer nada, que todo les da miedo, que si salen, si juegan, si conocen, si se ensucian, si se caen, si no comen, si se enferman entre otras cosas, lo que hace que se vuelva un ser miedoso e inseguro y absolutamente dependiente de sus padres y cuando tenga que enfrentar alguna de estas situaciones, empieza a llorar.