Infección urinaria durante el embarazo

Durante el embarazo algunos trastornos surgen como consecuencia misma de ese estado y una de ellas, que suele darse con frecuencia y generalmente es de tipo bacteriana es la infección urinaria. Infección urinaria durante el embarazo Este tipo de infección puede afectar la uretra, riñón o vejiga y es común en mujeres embarazadas, dándose con un riesgo mayor entre las semanas 22 y 24 de gestación.

La mayoría de los estudios realizados sobre el tema hacen pensar que la infección urinaria se debe al aumento en la cantidad de hormonas sobre todo a la progesterona, produciendo en la vejiga y los uréteres una relajación muscular.

Esto produce entonces que la orina tenga un pasaje más lento y aumenta la posibilidad que las bacterias se establezcan en la zona. Asimismo, también influye un aumento de presión que el útero ejerce sobre la vejiga debido al peso del feto, además del aumento de tamaño de los riñones.

Generalmente, los gérmenes que causan las infecciones del tracto urinario durante la gestación son los mismos que lo hacen fuera de ese estado. Es necesario entonces, que la mujer embarazada tome todos aquellos recaudos necesarios para evitar así las infecciones en las vías urinarias y también el riesgo que puede acarrear un parto prematuro.

Dentro de la sintomatología más común suelen presentarse:

  • Una constante necesidad de orinar
  • Sensación de ardor al orinar
  • Contracciones en la zona baja del vientre
  • Fiebre
  • Orina turbia
  • Sangre en la orina

Como medidas preventivas que pueden establecerse para evitar la infección urinaria se aconsejan por ejemplo. el beber dos litros de agua diariamente, evitando ingerir zumos de frutas cítricas, azúcar, alcohol y aquellas bebidas que contengan cafeína.

Es recomendable efectuarse un urocultivo al finalizar el primer trimestre de embarazo con el objetivo de detectar la presencia de bacterias sin síntomas que la acompañen.

Se estima que entre un 20 y 30% de las bacterias detectadas precozmente y no tratadas de forma adecuada desarrollarán una infección urinaria en el embarazo avanzado y un riesgo de prematurez y nacimiento de bebés de bajo peso. Además, durante todo el embarazo se realizarán controles periódicos a fin de pesquisar recurrencias.

En relación a la higiene, es aconsejable utilizar jabones neutros, realizando la higiene de la zona genital siempre desde adelante hacia atrás. Usar ropa interior de algodón y no de lycra evitando utilizar prendas muy ajustadas.

Si la mujer sospecha que padece de una infección urinaria, la consulta con el médico debe ser inmediata para hacer un diagnóstico precoz y lograr así establecer un tratamiento inmediato y eficaz con la administración de un antibiótico específico que será indicado por el especialista. Normalmente serán penicilinas o aminopenicilinas, ya que existen otros como las tetraciclinas que son contraindicados en ese estado.

Además, cuando la infección es del tipo bacteriana siempre se tratará con antibióticos evitando que ésta se pueda propagar. Existen algunos fármacos que están contraindicados para utilizarlos en ciertas etapas del embarazo, algunos de ellos no pueden tomarse durante el primer trimestre ni tampoco pasadas las veintiocho semanas de gestación.

Otros fármacos como las sulfamidas se encuentran totalmente prohibidos durante el tercer trimestre.

Prevención, controles periódicos y una higiene adecuada son esenciales para evitar este tipo de infecciones durante el embarazo.

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