Chupete ¿recomendado o no?

Las opiniones de especialistas sobre el tema se encuentran muy divididas, de manera que hay quienes creen que se trata de un adictivo que se debe evitar, y quienes consideran que es la solución frente a variadas dificultades que pueden presentárseles a los bebes. Por ello, a continuación se presenta una breve guía en la que se enumerarán los pros y contras del chupete, para tomar la decisión de la forma más conciente posible. Chupete ¿recomendado o no? Argumentos a favor del uso del chupete

Con los avances actuales se han diseñado chupetes que no interfieren bajo ningún punto de vista con el crecimiento de los dientes de los niños; esto se debe a que se adaptan de forma adecuada al desarrollo bucal que aquellos presentan, sin interferir en el correcto crecimiento de los dientes de leche. Además los especialistas a favor del chupete afirman que no causan ningún daño físico, y que tampoco interfieren en el normal desarrollo psicológico.

El chupete es recomendado por su principal función relajante o pacificadora en los niños, por el placer que les causa las succiones repetidas, similares al amamantamiento. De esta manera el chupete sirve para apaciguar aquellos momentos de descontrol en los bebés y al mismo tiempo, de forma secundaria sirve para aplacar la ansiedad de los padres ante las perturbaciones de los niños. 

Además, se afirma que dejar calmarse al bebé con el chupete, permite entablar una estrecha relación entre el niño y la madre. Ella no puede estar siempre allí, y el chupete ayuda a dar la ilusión al niño de que se encuentra cerca de su pecho. Siendo especialmente recomendado su uso en las horas de sueño. 

Argumentos en contra del uso del chupete

Especialistas recomiendan evitar la utilización del chupete en recién nacidos, especialmente en el primer mes de vida. Esto se debe a que cuando la lactancia no está establecida firmemente aún, ofrecer un chupete puede hacer que no se genere el deseo de amamantar, o bien puede pasar que el pequeño se canse antes de aquel acto de alimentación. No se debe saciar las ansias o necesidades de succión de hambre con un chupete, porque es contraproducente al sustituir la principal fuente de alimento para el bebe. 

Además, algunos bebés reaccionan de forma negativa a los chupetes, rechazándolos porque las madres lo utilizan como un reemplazo del pecho o la mamadera para calmarlos. Este recurso debe ser evitado en momentos de angustia por necesidades insatisfechas, por ejemplo cuando tiene hambre o hay que cambiar el pañal; esa no es la función del chupete.

Algunas veces los padres recurren a los chupetes en función de conveniencia, de manera que son dados a los niños simplemente para apaciguar su llanto o inquietud, dejándose de lado lo que realmente le ocurre al niño. Es necesario preguntarse siempre si realmente es necesario el uso de tal elemento de acuerdo a cada situación que se presenta.

Si los niños aprenden a quedarse dormidos mediante la utilización del chupete recurrentemente, existe la posibilidad que debido a la costumbre se despierten al caer el chupete o que exijan seguir utilizándolo una vez despiertos. El chupete en su uso desmedido puede ocasionar dificultades a la hora de dormir.