¿Qué ejercicios se pueden practicar durante el embarazo?

La pregunta de si deben las mujeres que se encuentran embarazadas acudir al gimnasio, es algo que todas ellas se plantean y aunque en un principio la respuesta más rápida sería que no, hay que tener en cuenta cuestiones muy importantes relacionadas con la intensidad, la frecuencia y el tipo de ejercicio ideal para que tanto la madre como el bebé se mantengan en forma. ¿Qué ejercicios se pueden practicar durante el embarazo?

Mantenerse en forma durante el embarazo

Está comprobado que las mujeres que practican algún tipo de ejercicio adecuado a su estado, durante el embarazo, se encuentran mejor preparadas físicamente a la hora de dar a luz y se recuperan mucho más rápido después del parto. Pero la práctica de ejercicio cuando se está embarazada, debe seguir algunas reglas de seguridad como por ejemplo no acalorarse demasiado, ya que puede causar hinchazón, deshidratación y aumento de la tensión arterial. Esto no quiere decir que no se pueda sudar, sino que se debe evitar practicar cualquier tipo de ejercicios con temperaturas muy elevadas y controlar la intensidad de éstos.

Muy importante para todas aquellas mujeres que están en estado pero que quieren seguir manteniendo su cuerpo en forma, es que deben aprender a limitar los ejercicios de gran impacto, como por ejemplo, correr o hacer squash, sobre todo en el segundo y el tercer trimestre. Evitar los ejercicios que requieran coger grandes pesos, sobre todo por la parte inferior del cuerpo y practicar ejercicios como las sentadillas, eso sí, sin pesas, durante una media hora al día, tres o cuatro veces a la semana, en el primer y segundo trimestre, es muy aconsejable. Durante el tercer trimestre conviene que las sesiones sean algo más cortas, de unos 20 minutos pero durante cuatro o cinco veces por semana, para evitar que la mujer embarazada se canse demasiado.

La natación, perfecta para practicar durante el embarazo

La natación es uno de los ejercicios más completos para la mujer que está embarazada ya que se utilizan los músculos más grandes del cuerpo como son las piernas y los brazos y además es un ejercicio de bajo impacto. Cuenta con grandes ventajas de tipo cardiovascular, es aeróbico y tiene un riesgo de lesiones muy bajo. Si se practica este tipo de ejercicio se conseguirá que el peso de la embarazada no se note tanto debido a la ingravidez del agua, con lo que su práctica resultará mucho más sencilla que cualquier otro tipo de entrenamiento Como cualquier tipo de ejercicio aeróbico que se practique, la natación ayuda a incrementar la capacidad que tiene nuestro cuerpo para usar y procesar el oxígeno, algo perfecto para la futura mamá y para su bebé.

La natación también mejora la circulación sanguínea, aumenta el tono y la fuerza muscular y promueve la resistencia física. Ejercicios como los saltos, algo que no debe realizarse nunca durante los últimos meses del embarazo, pueden hacerse dentro del agua sin ningún tipo de problemas. Éstos y otros ejercicios acuáticos ayudan a disminuir la presión sobre los ligamentos, ya que el agua asume parte del tirón, consiguiendo que los movimientos sean mucho más suaves.