El origen del Roscón de Reyes

Si una de las tradiciones con las que ya no se puede concebir el día 6 de enero son los regalos, tampoco puede hacerse sin este delicioso postre que suele ir acompañado de un exquisito chocolate caliente. El origen del Roscón de Reyes ¿Cuál es el origen del Roscón de Reyes?

Bollo típico del día de la Epifanía, es el Roscón de Reyes elaborado con una masa dulce de forma redonda u ovalada y adornado con rodajas de fruta escarchada de varios colores, con el que suele celebrar la llegada de los regalos por parte de los Reyes Magos a los más pequeños y por que no, a los más mayores.

El origen se centra en la época romana cuando  a mediados de diciembre, en una fiesta conocida como las Saturnales, se celebrada el fin del período más oscuro de todo el año para dar paso el nacimiento de un período lleno de luzy que significaba el fin de los trabajos en el campo al haber acabado la siembra de invierno. Por esto a los campesiones y a los esclavos se les premiaba con un tortas redondas elaboradas com miel, dátiles e higos. Dentro de dichas tortas se escondía un haba seca que quien la encontraba, si era un esclavo, quedaba libre ese mismo día.

El regalo del interior del roscón

Como ya hemos visto fue en esta época cuando se introdujo por primera vez una sorpresa en el que más tarde llegaría a ser el famoso roscón de reyes, para que aquél que la encuentre tenga un año cargado de suerte. Pero fue en el reinado de Luis XV cuando empezó a adquirir más fuerza esta tradición, después que un cocinero metiera un medallón de diamantes dentro del roscón como regalo por el día de Reyes al rey. Éste quedó tan encantado con esa peculiar idea que se dedicó a regalar este roscón entre la aristocracia europea pero con una moneda dentro en vez del medallón. En España fue el rey Felipe V, tío del anterior, el que lo introdujo llegando a convertirse en una popular costumbre.

Esta costumbre fue extendiéndose por todo el pueblo de a pie, siendo las ciudades de Madrid y de Sevilla las que más influyeron a la hora de perfeccionar estos bollos y los primeros cristianos fueron los encargados de tomar algo de esta tradición y mezclarla con la historia de la visita de los Reyes Magos. Para éstos la forma circular de la rosca es símbolo del amor de Dios, que ni tiene ni principio ni fin y los confites son las distracciones que vamos encontrando por el mundo y que nos impiden encontrarnos con Jesús.