La relación entre hermanastros

Es difícil para muchas parejas iniciar una nueva vida, volver a casarse y ademas reconstruir un hogar en donde sin duda la tarea mas dura es establecer una relación de familia entre hermanastros, sin embargo no es una misión imposible siempre y cuando se establezcan reglas para la convivencia. La relación entre hermanastros

La creación de familias reconstituidas puede sonar muy común para la mayoría de las parejas. Pero tiene un impacto profundamente arraigado en la mente de todos los niños que se arrastra para toda su vida y sus acciones. Un efecto común de tratar de tener dos familias es la rivalidad hermanastro. De vuelta en tu casa, puedes darte cuenta que el manejo de la rivalidad entre hermanastro puede ser muy doloroso y lleno de pruebas. Esta es una breve visión de la rivalidad entre hermanastro y las maneras de manejar la situación.

Rivalidad hermanastro y Psicología Infantil Uno de cada dos matrimonios se convierte en un divorcio y las segundas nupcias no son infrecuentes. Si tu y su nuevo compañero tienen hijos de sus matrimonios anteriores, entonces es muy común que las dos familias lleguen a unirse y estar juntos como una familia entera. Debido a algunos de los efectos importantes de la psicología infantil, es muy probable que enfrenten a algunas de las fases de la rivalidad entre hermanastros, que a su vez, es probable que tengan un efecto sobre su feliz vida de casados. ¿Cuáles son los efectos sobre la mente de sus hijos en estos casos? Desde el punto de vista del niño, uno de los problemas más profundos es la aceptación de una nueva persona como un padrastro o madrastra en su vida. Así que encontramos el problema de la aceptación de una nueva vida de los niños como a sus hermanos. 

A veces, los primeros días de su matrimonio pueden parecer livianos y fáciles, debido a la novedad de la situación. Sin embargo, la vida de la convivencia y la rutina fija en ciertos asuntos, como compartir los padres, compartir el espacio de su casa, el intercambio de automóviles, compartir los juguetes, la alteración de las reglas del hogar, la alteración en las estrategias de crianza de los hijos, pueden tomar un sobresalto en la mente del niño, dando lugar a una explosión que se transforma en rivalidad de hermanastros. La situación es mas difícil para los niños de la familia que dejan su propia casa y se tienen que mudar a otra casa.

Por eso se recomienda que la mejor manera de manejar una rivalidad entre hermanastros sea permitir que en los juegos los niños se conozcan entre sí de forma natural, sin presionarlos. Se les debe dar plena libertad para encontrar una solución adecuada a los problemas enfrentados por ellos durante su interacción. Los padres pueden sin embargo, mantenerse en alerta por la conducta negativa y destructiva en cualquiera de los niños. Es muy posible que ambos grupos de niños fuera criado con técnicas de crianza totalmente diferente. También existe la posibilidad de las diferentes normas seguidas por las dos familias antes de que fueran unidos. Sin embargo, se sugiere que los padres deben sentarse y decidir un nuevo conjunto de reglas aceptables para ser seguido por todos los miembros de la familia. Si es posible, dichas normas deben ser realizadas en presencia de todos los niños. 

En ocasiones, los padres tienen una tendencia a reaccionar y emitir sentencias en favor de sus propios hijos. Esto puede ser hecho a propósito o inconscientemente. Los padres por tanto, se recomiendan seguir un juego limpio de la crianza de los hijos con todos los niños. A veces, un niño puede resentir la presencia de un padrastro o madrastra en su familia y empezar a hacer falsas acusaciones de trato injusto dado a él o ella. Este comportamiento tiene que ser tomado muy en serio. El niño debe ser asegurado por tanto a los padres sobre el trato justo para todos. Es muy importante para los padres dar castigos similares a los niños que cometan errores similares. Además, Se sugiere que, si los padres siguen una práctica de la distribución del trabajo doméstico entre los niños, el mismo debe ser discutido con claridad en las primeras etapas. Las tareas domésticas deben asignarse entre los niños para dar una oportunidad justa para todos.