Watsu y Jahara ambas son terapias acuáticas recomendadas para realizar durante el embarazo con múltiples beneficios y sobre todo porque ayudan a obtener una excelente relajación. 
Creada en Estados Unidos por Harold Dull, durante el siglo XX y más específicamente durante los años 80 el Watsu fue la primera forma de trabajo corporal utilizando como hábitat el agua.
Una especial terapia que surgió de la aplicación de técnicas de Shiatsu en un ámbito diferente como el agua. Se trata de una terapia en la que se utilizan tanto los dedos pulgares como la palma de las manos para dar masajes.
Este particular nombre surgió de la fusión de “water” y “shiatsu” cuando Harold Dull descubre los beneficios de los movimientos de una terapia totalmente relajante. Su característica principal se fundamenta en la contraposición de movimiento y quietud que realizada de forma rítmica y suave transmite la sensación de estar literalmente bailando en el agua.
Entre las terapias acuáticas que hoy son utilizadas y recomendadas para embarazadas el Watsu le proporciona a la mujer un estado de relax y tranquilidad.
Cada sesión tiene una duración aproximada de una hora y se realiza en una piscina donde el agua se encuentra a una temperatura de 35° C.
El agua llega a la altura del pecho del terapeuta que realiza los masajes trabajando de pie. Cada masaje implica la realización de una cierta cantidad de movimientos que movilizan y a la vez estiran el cuerpo de la mujer en todas direcciones, siempre sosteniendo su cabeza además de emplear flotadores con el objetivo de que las piernas no se hundan.
Fundamentalmente el Watsu se diferencia del Shiatsu en que en el primero el terapeuta utiliza el peso de su cuerpo para realizar una presión sobre el paciente, en tanto que en el Watsu es en definitiva el agua el medio que actúa realizando el masaje y el terapeuta solo impulsa los movimientos.
Al realizar la terapia del Watsu los músculos se estiran de una manera gradual y muy suave de modo que el funcionamiento se refuerza y así se aumenta la flexibilidad, mejorando también la circulación sanguínea además de mejorar y facilitar la eliminación de todas las sustancias tóxicas.
El Watsu es adecuado para embarazadas, como también para personas de cualquier edad siendo indicado para quienes se encuentren en un estado de ansiedad importante.
Tiene la ventaja adicional que no es necesario saber nadar para realizar esta terapia acuática ya que siempre se encuentra el terapeuta acompañando los movimientos, algo que brinda seguridad a la embarazada.
El Watsu es una terapia acuática que brinda beneficios tanto físicos como psíquicos, siendo una excelente forma de suavizar los movimientos evitando que puedan ser dañinos para el cuerpo, siendo fundamental la temperatura del agua que al estar templada ayuda a llegar a un estado óptimo de relajación.
Mujeres embarazadas que acuden a una primera sesión con dolores lumbares o contracturas sentirán un alivio casi inmediato ya que se reduce notablemente la rigidez y la tensión del cuerpo.
En las mujeres embarazadas el Watsu ayuda a establecer una mejor conexión entre la madre y el bebé ya que transmite relajación y proporciona armonía.
Por su parte el Jahara, es una terapia acuática creada a partir de los efectos mecánicos del agua sobre el cuerpo, generando salud y energía. Creada por Mario Jahara que se encargó de añadir al Watsu movimientos relajantes siempre tomando como base las olas y el concepto del “no esfuerzo”, por ello se realiza en spas, clínicas de rehabilitación y piscinas de balnearios.
La temperatura del agua es de unos 35 º C y al igual que en el Watsu el terapeuta trabaja de pie en la piscina con el agua llegándole al pecho, realizando siempre maniobras que tienden a movilizar el cuerpo permitiendo que flote en el agua.
También se realizan movimientos de estiramiento en diferentes direcciones aprovechando las propiedades excelentes del agua para descomprimir la estructura tanto del esqueleto como de los músculos.
El foco principal de esta terapia es la columna vertebral ya que favorece su alineación aumentando además la irrigación del cerebro. Ideal para embarazadas ya que aumenta el bienestar y hace que la mujer tome mayor conciencia de su propio cuerpo.
En las mujeres embarazadas el Watsu ayuda a establecer una mejor conexión entre la madre y el bebé ya que transmite relajación y proporciona armonía.
Por su parte el Jahara, es una terapia acuática creada a partir de los efectos mecánicos del agua sobre el cuerpo, generando salud y energía.
Creada por Mario Jahara que se encargó de añadir al Watsu movimientos relajantes siempre tomando como base las olas y el concepto del “no esfuerzo”, por ello se realiza en spas, clínicas de rehabilitación y piscinas de balnearios.
La temperatura del agua es de unos 35 º C y al igual que en el Watsu el terapeuta trabaja de pie en la piscina con el agua llegándole al pecho, realizando siempre maniobras que tienden a movilizar el cuerpo permitiendo que flote en el agua.
También se realizan movimientos de estiramiento en diferentes direcciones aprovechando las propiedades excelentes del agua para descomprimir la estructura tanto del esqueleto como de los músculos.
El foco principal de esta terapia es la columna vertebral ya que favorece su alineación aumentando además la irrigación del cerebro.
Ideal para embarazadas ya que aumenta el bienestar y hace que la mujer tome mayor conciencia de su propio cuerpo.
Foto Vía: spavital
