Un bebé identifica emociones a su alrededor

A pesar de su corta edad y de tener poca experiencia con aquello de las relaciones sociales, los bebés pueden identificar quienes los quieren y quienes son falsos con sus sonrisas y cariños. Un bebé identifica emociones a su alrededor Si, así es. Un bebé es capaz de diferenciar entre una persona que puede ofrecerle cariño o le sonríe de una manera sincera, y otra que no lo quiere, que lo rechaza y no tiene un agrado completo por él. Todo está basado en una investigación de sicología infantil, y es por eso que un pequeño puede ser receptivo con las emociones y comportarse muy amoroso con alguien que acaba de conocer pero por quien siente agrado o llorar desesperadamente cuando una persona que no lo acepta, lo alza. 

Algo que se uso para poder realizar la prueba, fue la comida. El espacio para comer con familiares o amigos puede llegar a ser un factor importante para que un pequeño determine quien es agradable y quien no, incluso con sus padres o hermanitos. Una de las respuestas que dieron los pequeños y que sorprendió a los adultos, es que el bebe identificaba cuando dos adultos que compartían el mismo gusto por un alimento podían comportarse algo distantes y chocaban mucho, mientras que los que tenían gustos gastronómicos diferentes, si podían tener una relación amistosa y cordial. 

Quizá este comportamiento es parecido al que tienen algunos cachorros, quienes a pesar de su corta edad y de estar aprendiendo a vivir, empiezan a diferenciar quien los quiere y quien no, y paradójicamente generan un rechazo automático hacia quienes tratan de hacerse pasar por amigos, pero que en realidad no los aceptan. Por otro lado, la actitud cariñosa hacia quien les muestra cariño y amor, es retribuida, con juegos, besos u otro tipo de señales. Así que esta es una razón para que los padres identifiquen a aquellas personas que no quieren a sus pequeños, y más cuando empiezan a decirlo, porque aunque para los adultos les parezca un disparate o una fantasía de su gran imaginación infantil, los niños pueden estar diciendo la verdad, sin importar que apenas empiecen a leer o a pronunciar ciertas palabras.