¿Qué es un trastorno maníaco?

La manía se define con un trastorno caracterizado por la excitación de todas las funciones psíquicas básicas, de la cual se deriva una exaltación incontenible de la conducta. Aparecen en la manía los mismos síntomas de la depresión pero con signo contrario, aunque tiene también algunos caracteres comunes. ¿Qué es un trastorno maníaco?

Características del trastorno maníaco

Algunas personas poseen una gran energía, son muy alegres y se convierten rápidamente en el centro de atención de el grupo del que se rodean . Se mueven y actúan con gran soltura y decisión y parece que nunca dudan de sí mismas. Esta es una manera agradable y positiva de andar por el mundo, ya que suele ir acompañada de un éxito tanto profesional como personal. Esta forma de ser tiene características comunes con un estado patológico llamado manía que es todo lo contrario de la depresión. Cuando se intensifican estas características puede llegar a convertirse en una enfermedad.

La persona en fase maníaca no se considera un enfermo ya que le parece ideal su estado de actividad y el rendimiento que obtiene. Por este motivo es muy difícil que acuda a un médico. Pero a pesar de lo que pueda parecer, la manía puede llegar a ser peligrosa para la persona que la padece porque puede tener actuaciones que le lleven a la ruina y al desprestigio.

Síntomas de una persona maníaca

Este tipo de patología puede presentarse en personas con un comportamiento aparentemente normal, que bruscamente desencadena en un episodio maníaco o en individuos con un tipo de comportamiento eufórico que sufren una pérdida de su control y se descompensan. El comienzo suele ser brusco, los síntomas aparecen en todo su apogeo al levantarse o en el transcurso de pocas horas o de pocos días y sin causa aparente. En algunos casos, el inicio está precedido de unos días de síntomas depresivos.

Estas personas parecen dispuestas a comerse el mundo gracias el elevado nivel de actividad que desarrollan. Pueden verse implicados en numerosas actividades tanto laborales, sociales, políticas o sexuales, pero con la misma facilidad que las inician las abandonan ya que la perseverancia no es uno de los rasgos fundamentales de su personalidad. Pasar un día entero al lado de una de estas personas puede resultar agotador, porque ellos no dan muestras de fatiga nunca.

El pensamiento de estas personas es tanto o más rápido que su actividad física. A pesar de la rapidez con la que hablan no les da tiempo a expresar todas las ideas que tienen en su cerebro, por este motivo saltan de una idea a otra y su lenguaje, en ocasiones, no parece tener coherencia. Sobrevalora su capacidad, todo le parece fácil y al alcance de su mano siempre que no se le lleve la contraria, pues presentan una acusada irritabilidad y facilidad para reaccionar con agresividad. Este estado se puede ver agravado por la presencia de ideas delirantes, generalmente de grandeza, asegurando conocer a gente muy famosa o ser propietario de inmensas fortunas. Padecen una forma especial de insomnio ya que el enfermo le parece que no necesita dormir. Se duermen tarde y se despiertan a las pocas horas completamente despejados y con ganas de emprender cualquier tipo de actividad.

Como ya hemos comentado, el enfermo no tiene conciencia de su enfermedad por lo que resulta necesaria muchas veces su hospitalización para tratar este cuadro. Incluso internado, el enfermo puede causar dificultades pues interfiere en las actividades de los médicos. Si no se le aísla, trasmite su excitación a los otros enfermos e incluso cuando se encuentra mejor y llega a participar en actividades de grupo, perturba el desarrollo de las mismas ya que no se está quieto y trata de acaparar la atención sobre él.