El cuerpo perfecto se ha vuelto en esta sociedad moderna en un parámetro de belleza que en ocasiones puede causar daños muy graves a la salud.
Con la finalidad de mantener un cuerpo perfecto y en forma existen mujeres que durante el embarazo transforman esta idea en una verdadera obsesión que las lleva a negarse a comer de una forma conveniente tanto para ella como para el bebé que ha concebido. 
Los especialistas no se cansan de decir que el embarazo además de ser un proceso totalmente natural trae aparejado el hecho de subir de peso y que como consecuencia del crecimiento que también va teniendo el bebé el abdomen aumente.
Estas mujeres a pesar de ser muchas veces concientes del riesgo que corren tanto ellas como sus bebés se alimentan mal y exageran en la actividad física teniendo como único objetivo mantenerse delgadas.
El nombre que este trastorno tiene es Pregorexia, existiendo en la actualidad un gran número de embarazadas que sufren de este problema alimenticio y de conducta, con el agravante que muchas de ellas ingieren laxantes y realizan dietas para adelgazar inadecuadas, con la sola finalidad de no verse “gordas” durante el embarazo.
Generalmente, en el pasado han tenido algún tipo de trastorno relacionado con su alimentación antes de quedar embarazadas y acentúan su conducta con lo inevitable que es subir de peso durante la gestación.
Entre las características que más se destacan en esta patología se encuentran una distorsión de su propia imagen corporal y un temor casi fóbico a subir de peso.
Algunas investigaciones realizadas al respecto dieron como resultado que esta patología la sufren en general mujeres que van de los 15 a 25 años y es asociada a una conducta que se da con mayor frecuencia en sociedades occidentales donde delgadez y éxito se encuentran ligadas profundamente en todos los grupos sociales.
Asimismo, se debe tener en cuenta que durante el embarazo los cambios fisiológicos son importantes y tienen como objetivo principal un desarrollo y crecimiento saludable y normal del bebé. Por esta razón y durante el transcurso de la gestación la mujer tiene más hambre, consume mayor cantidad de alimentos a la vez que su metabolismo basal disminuye en lo referente al gasto diario de energía, ya que también la actividad física es menor. Las calorías extras, son además utilizadas para cubrir las necesidades de la madre y del bebé.
Es necesario tener en claro que existen varios elementos que hacen al aumento de peso durante el embarazo, entre ellos el peso del bebé, líquido amniótico, placenta, útero y mamas que se unen a una retención de líquido acentuada y al aumento del volumen sanguíneo. Si se suman todas estas variantes dará como resultado un aumento promedio de 12 kilos que es el peso que engordará la mujer en el transcurso del embarazo.
Por lo dicho, subir de peso durante los nueve meses de embarazo además de normal es necesario y esto precisamente es el fundamento que toda mujer embarazada debe comprender, teniendo en cuenta también cuál era su peso antes del embarazo algo que se relacionará en forma directa con la cantidad de kilos que aumentará, siendo en el primer trimestre un aumento menor de uno a dos kilos y a partir del segundo trimestre el aumento ideal sería entre 500 gramos, variables que se consiguen a través de una alimentación balanceada.
El padecer pregorexia es perjudicial para la madre y para el bebé, pudiendo traer consecuencias graves como menor crecimiento del feto, microcefalia, problemas relacionados con el tubo neuronal, algunas malformaciones congénitas y hasta causar un aborto espontáneo.
Por su parte, la mujer se encuentra expuesta a sufrir anemia, desnutrición y problemas óseos por la falta de calcio con una reserva menor de energía para afrontar la etapa de la lactancia.
El tratamiento tanto a nivel nutricional como psicológico debe ser inmediato al detectarse esta patología algo fundamental para evitar consecuencias graves para madre e hijo.
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