Pronunciación errónea en los niños

LA dislalia es muy común en los niños y más porque están en pleno proceso de aprendizaje para hablar y aunque es fácil de identificar, debe corregirse a tiempo para que no queden hablando de forma inadecuada. Pronunciación errónea en los niños Algunos niños presentan problemas en su habla, por ejemplo, no pueden pronunciar bien algunas silabas y tienen problemas con la articulación de algunos fonemas, como la combinación de ciertas consonantes o uso especifico de ciertas letras. Casi siempre se presenta durante la infancia, entre los 4 y 6 años y pueden ser corregidos, además que son fáciles de identificar mientras empieza a presentarse el desarrollo en el habla. Lo que ocurre es que cuando el niño está aprendiendo a hablar, no logra repetir correctamente lo que escucha, entonces ante la incapacidad de pronunciar, mezcla las letras como mejor puede y como puede llegar a ser entendida. 

Es importante que el padre o madre empiece a identificar cuáles son los problemas o la dificultad más pronunciada cuando habla, y deben buscar maneras simples y rápidas para que el logre superar el percance. Lo más básico siempre es enseñarle por sí mismos, es decir, hacerle pronunciar una y otra vez, después de que los padres lo hagan. Si el problema sigue y se ve aun más fuerte, se debe buscar ayuda con terapia de lenguaje, ya sea en el colegio o en lugares especializados. Si no se corrige, probablemente el piense que está bien lo que dice y siga hablando así. La mayoría de dificultad siempre está relacionada con las letras L y R, además de una “s” suavizada o pronunciada con la lengua. Además pueden evadir la pronunciación de algunas letras en las palabras, por ejemplo, cuando a pesar de poder hacerlo, siguen diciendo “tes” en vez de “tres”.  

Hay que saber que cuando los pequeños empiezan a hablar, lo más fácil es decir las palabras que tienen M y P, por eso es que dicen papá y mamá. No hay que olvidar que es común que durante los primeros meses le llamen a las cosas por diminutivos o apodos, pero hay que enseñarles el nombre verdadero para que cuando crezcan, sepan decirlo y hablar correctamente. También que antes de los tres años, están permitidos todo tipo de errores de pronunciación, pero después de esa edad, debe irse perfeccionando el hablar. 

Hay tres tipos de dislalia, la funcional en la que no puede manejar correctamente los órganos bucales y suele reemplazar la S por la Z y la R por la D. La segunda es la orgánica y tiene que ver con alguna alteración neuronal o en alguna parte de su boca, lo que no permite que pueda pronunciar correctamente las palabras. La tercera y última es la dislalia audiógena, ésta tiene que ver con algunas alteraciones auditivas y es cuando al pequeño le da miedo pronunciar ciertas palabras porque no escuchan muy bien. En éste último caso, es común que se formulen audífonos para mejorar su capacidad.