Palabras dañinas para los niños

Los niños son como esponjas, absorben todo lo que les enseñan, dicen o ven y algo que pueden llegar a entender muy bien son las palabras poco amables y rudas que los padres usan con ellos, creando traumas y daños emocionales que pueden repercutir en su comportamiento y en el futuro. Palabras dañinas para los niños Es común que los hijos hagan ciertos daños y molesten a sus padres pero debe ser entendible que todo depende de la educación y la orientación que los pequeños reciban al momento de hacer algo indebido. El problema es que hay padres que sufren un cambio de genio tal que suelen decir palabras hirientes y marcar emocionalmente a los niños. Es bueno que los padres piensen antes de hablar porque en medio de la calentura pueden ofender de tal manera y no entienden que se están refiriendo a un ser humano pequeño y no comprende todo como un adulto. 

Lo que si logra comprender son las frases repetitivas y dañinas que pueden crearles traumas, miedos, cambios de actitud o malos comportamientos. Por ejemplo decirle al pequeño que es tan fastidioso, cansón, desobediente, estresante y hasta tonto puede generarle daños en su autoestima y más que si son repetitivas en algún momento llegaran a creer que son todo eso y mucho más.  Inculcarle desde corta edad que no se confía o cree en el o que es un mentiroso, hará que mientras crece si tome costumbre mitómanas y poco a poco se vuelvan realmente personas mentirosas y que no hay necesidad de decir la verdad pues de una u otra manera los padres no les creen.  

También está prohibido decirles que no lloren porque es algo que cohíbe sus sentimientos y esto puede resultar contraproducente. Por ejemplo, se pueden volver seres duros, insensibles o por el contrario muy sensibles y dejarse afectar por cualquier cosa pero por miedo a que les digan algo esconden y reprimen sus emociones y cuando sean mayores se pueden transformar en personas peligrosas que pueden reaccionar negativa o violentamente contra los demás por culpa de traumas de la niñez. 

Acusarlos con el papá o la mamá puede representar una falta de autoridad por parte del otro padre. Así siempre que lo acusen tan vez tenga miedo de la reprensión que le  de él otro padre pero nunca hará caso a quien lo acusa porque lo ve como alguien débil. Por otra parte decirles que todo lo hacen mal o que no hacen nada bien es dañino porque se afecta su proceso de aprendizaje normal y creerán que así se esfuercen por hacer todo como debe ser, sus capacidades son tan mínimas que no sirven para nada. Es más fácil que un padre se preocupe por orientar y ayudar a que los pequeños aprendan a hacer las cosas bien y no a reprocharles cuando se equivocan cuando es la primera vez que lo hacen y quieren aprender. 

Compararlos con los demás es muy duro para ellos y sobre todo con sus hermanos, pues hay que entender que cada quien es un mundo diferente y no por ser hermanos se deben comportar igual o tener éxito en las mismas cosas. Sentirán que sienten preferencia por los otros hijos y lo importante es demostrarle que todos los hijos tienen la misma importancia y el amor es igual para todos.  Por último, nunca deben ser chantajeados o comprados con premios o regalos, deben aprender a hacer las cosas por sí mismo y si cometen un error, enmendarlo pero no sobornarlos tratando de que hagan todo lo que los padres quieren solo por recibir un premio.