Nuestros hijos y los hobbies

Un niño con una afición es un niño que descubrirá el mundo más fácilmente. Nuestros hijos y los hobbies

Con nuestro modo de actuar y nuestra forma de divertirnos podemos influir en los gustos y aficiones de nuestros hijos sin condicionarles.

Se trata de ayudar a construir una sociedad mejor poniendo el granito de arena que está a nuestro alcance. La gente a veces no ha cultivado la sensibilidad, ni el gusto por la belleza o la armonía. Todos estos aspectos que facilitan mucho la buena marcha de ambiente en cualquier entorno.

Primeramente hemos de considerar el proyecto de hijo que queremos conseguir y ponerle en contacto con esas realidades que nosotros valoramos como buenas: afición a la lectura o el arte, cercanía con la naturaleza y la cultura, práctica de un deporte… Descubriremos así sus filias y sus fobias, y también aquello para lo que tiene aptitudes y le gusta.

Todos sentimos atracción por las cosas para las que tenemos más habilidad. Nuestro modo de ser tiene carencias y riquezas, que responden a disposiciones: hay niños más observadores que captan y se fijan en los detalles, a estos les gustará pintar o modelar porque ahí pueden plasmar eso que ven, y este será un modo de comunicar y un modo de disfrutar, de hecho cuando a un niño tiene estas aptitudes cuando está pintando no se le oye, un trozo de papel y unas pinturas le hacen olvidarse de todo lo que tiene alrededor, estos niños tienen muy desarrollada la psicomotricidad fina. Podemos pensar que a casi todos los niños les gusta pintar, pero vemos que algunos abandonan este entretenimiento pronto, y es porque no tienen esa facilidad natural y se impacientan viendo que no les sale lo que quieren plasmar.

Otros niños son como de goma: flexibles, juguetones, movidos, les cuesta estar quietos o tranquilos. Su modo de comportarse nos habla de una necesidad de gastar energía. Habitualmente para estos niños activos el deporte es una necesidad y a veces importante, y debemos facilitárselo, estos niños tienen más desarrollada la psicomotricidad gruesa. Otros niños son torpes, tropiezan con todo, son poco flexibles, apenas corren, son formas de ser más sedentarias o tranquilas. Como adquirir hábitos de ejercicio físico es algo saludable, debemos arbitrar otras medidas como caminar con ellos dando un paseo, o pedirles que nos acompañen a realizar alguna compra. No es bueno que se acostumbren a no moverse y a realizar todos los hobbies en casa.

Las actividades de carácter más cultural como visitar a una exposición, asistir a un concierto de música no son actividades vetadas para un niño, y colaboran en su educación fomentando aptitudes de atención, observación y reflexión. Es muy bueno preguntar al niño qué es lo que más le ha gustado, ayudarle a asimilar conocimientos a los que ha llegado de un modo dinámico y fuera de las aulas. Estas actividades ayudan a tener una visión más amplia del mundo y del entorno. Contribuyen a hacer personas con inquietudes culturales e intelectuales.

Por último el juego debe estar presente también en la vida de los niños como algo importante, es un medio para aflojar la tensión del día.