Niños obsesionados con la tecnología

La tecnología ha generado grandes avances para el mundo entero, pero también se está volviendo un dolor de cabeza para los padres y maestros, pues los niños están convirtiéndose en seres obsesivos por los dispositivos que les permiten jugar y jugar por horas. Niños obsesionados con la tecnología Parecería increíble que un pequeño de 4 a 5 años o a veces menos edad pueda aficionarse tanto a un videojuego, a un ipod u otro dispositivo hasta el punto de no querer salir al parque, de no hablar, de no comer y de solo, día tras día, tener la necesidad de tener en sus manos un aparato que le muestre juegos, movimientos, luces, intercambios de comandos y demás y que puedan mover rápidamente con sus dedos y le ofrezcan subir y subir de nivel.

Desafortunadamente los padres han jugado un papel importante para que sus hijos y sobre todo tan pequeños, estén convirtiéndose en adictos de esos accesorios tecnológicos y de ocio, que deben jugarse de vez en cuando pero se vuelve casi como una tarea, entonces el problema empieza a aparecer. Los niños son los usuarios más activos dentro de todos los grupos de usuarios a los que se dirigen estos productos, y así los compren sus padres o hermanos mayores, son finalmente ellos quienes aprenden a usarlos casi desde los 3 años y los usan casi todos los días a toda hora, para entretenerse. Lo más preocupante so las razones que dan los niños que dicen que lo que les atrae de estos juegos es la posibilidad de matar, de disparar, de romper, de destruir, pelear o demás y es difícil entender como prefieren los juegos que inculcan la violencia a los que tienen que ver con animales, agilidad mental o carreras de autos. 

No es difícil de comprender que si los niños siguen por ese camino de uso de juegos un poco “agresivos” puedan adoptar este tipo de comportamientos en la vida real y atacar a sus amigos, a sus padres, hermanos o quien sea, porque creen que esta correcto y que hasta puedan obtener premios como pasa en el juego. Por otro lado, es sorprendente como un niño sabe más de videojuegos, consolas, marcas de productos tecnológicos y empiezan a hablar con ayuda de los personajes de un juego y de las palabras típicas de este, en vez de un léxico común y un poco más relacionado con su vida real. Las costumbres de salir a aprender a montar bicicleta, de jugar con un balón o de correr detrás de otros niños quedaron atrás y hábitos como el sueño o el de hacer las tareas con concentración y dedicación se están viendo afectadas. 

Finalmente, es tanta la influencia de la tecnología, que ahora prefieren no esforzarse mentalmente e intentan que todos sus trabajos por más fáciles o difíciles que sean, sean elaborados por un computador y el internet, y es así como empieza a generarse angustia por el desarrollo  el futuro de la autonomía y el hacer actividades en un espacio exterior y no mientas se crea un mundo artificial que los vuelve sedentarios.