Niños con incapacidad de controlar la orina

Muchos son los padres que tienen hijos que ya han alcanzado la madurez fisiológica, es decir, mayores de cinco años, pero continúan orinándose durante la noche. La solución puede ser más sencilla de lo que parece siguiendo unos consejos. Niños con incapacidad de controlar la orina

¿Qué es la enuresis? Esta palabra puede resultar extraña para mucha gente, pero si se habla  de una emisión incontrolada de la orina por parte de niños mayores de cinco años, sobre todo durante las horas de sueño, ya todo el mundo sabe a que hace mención esta palabra.

 Causas de la enuresis

 Son muchos los debates que se han mantenido durante años sobre este tema y que se han centrado principalmente en un punto de vista fisiológico y otro neurológico.

Incluso se ha llegado a relacionar la enuresis con el nivel de profundidad del sueño del niño, pues si éste duerme muy profundo no llega a captar las sensaciones que experimenta su vejiga. También la capacidad de ésta última ha sido desde hace mucho tiempo objeto de análisis, ya que  se ha llegado a comprobar que la vejiga de los niños enuréticos es un poco más pequeña de lo normal.

Desde el punto de vista psicológico se ha considerado la posibilidad de que la enuresis sea el resultado de algún conflicto interno o de alguna situación de ansiedad por parte del niño que lo sufre. Una manera de pedir amor, una descarga sexual, un retraso en la maduración o incluso un conflicto emocional entre madre e hijo son algunas de las hipótesis que jamás han podido ser comprobadas.

 Tratamiento de la enuresis

 La medicina basa fundamentalmente el tratamiento de la enuresis con la utilización de fármacos que consiguen aumentar el control de la vejiga, siendo los más utilizados los antidepresivos tricíclicos.

Sin necesidad de utilizar medicinas, se ha conseguido disminuir parcial o totalmente la enuresis gracias a la “alarma urinaria” que consiste en un dispositivo colocado entre la sábana y el colchón, formado por dos láminas de metal forradas de algodón, que detecta la más mínima cantidad de líquido haciendo sonar un timbre, con lo que se consigue despertar al niño para que acuda al cuarto de baño.

 La actitud de los padres

Por increíble que parezca, la reacción de los padres ante una situación de este tipo puede ser la clave principal para encontrar la solución. Ante todo, los padres deben mostrar tranquilidad. Hablar con el niño sobre su problema buscando todas las soluciones posibles y tratando de desdramatizar la situación o incluso contándoles las vivencias propias o de otros familiares sobre este asunto, conseguirán infundirle paz.

El problema se debe vivir como si fuera algo normal y por supuesto evitando que el niño se sienta culpable. Potenciar actividades de todo tipo social, en las que por desgracia, él se siente aislado por su situación y recurrir a la ayuda terapéutica si es necesario, son algunas de las posibles soluciones. Pero sobre todo ofreciéndole seguridad y confianza en sí mismo, pues en muchos casos, simplemente con ésto se ha conseguido resolver el problema.